La firma estadounidense Western Union, líder en el sector de las remesas, ha lanzado una fuerte campaña mediática para informar a los ciudadanos de su ampliación del negocio con nuevos servicios de envío de dinero a Cuba. La firma estadounidense Western Union, líder en el sector de las remesas, ha lanzado una fuerte campaña mediática para informar a los ciudadanos de su ampliación del negocio con nuevos servicios de envío de dinero a Cuba. Una publicidad destinada a captar el negocio potencial que la compañía espera encontrar en la comunidad del exilio en Miami, que, a pesar de las declaraciones de Obama, aún no conocen muy bien las reglas por las que a partir de ahora pueden enviar más cantidad de dinero a sus familiares en la Isla. Es evidente que el presidente estadounidense ha dejado la puerta abierta a los cambios en este sector. Y también que el fin de las restricciones al envío de remesas era una de las medidas más deseadas. Pero tanto tiempo ha pasado desde su anuncio, en abril, hasta que ha comenzado a ser efectivo, que los cubano americanos aún no tienen claro cómo funciona el nuevo juego. Y es que aunque el discurso de Obama es bienvenido, el tiempo transcurre y sus palabras no parecen sustentarse en hechos concretos. Mucho más teniendo en cuenta que, previsiblemente, las autoridades cubanas no rebajarán las elevadas comisiones que cobran a los que envían dinero a la Isla. Bajo la nueva política, los exiliados pueden enviar cuanto dinero y tan frecuentemente como lo deseen a más familiares que antes. Antes sólo podían enviar 300 dólares cada tres meses a familiares cercanos.
