Mariela Castro ha conseguido introducir en la Isla algunos conceptos que hace años ni los más revolucionarios pensaban que pudiesen hacerse realidad. Mariela Castro ha conseguido introducir en la Isla algunos conceptos que hace años ni los más revolucionarios pensaban que pudiesen hacerse realidad.
Con su papel al frente del Centro Nacional de Educación Sexual consiguió en 2008 la aprobación para las operaciones de cambio de sexo. Un paso adelante que esta semana se ha completado con el anuncio de que los médicos cubanos han comenzado a realizar en siete provincias de la Isla implantes de prótesis de pene de silicona y plata. Y de forma gratuita, cuando esta práctica es muy costosa en los países desarrollados. Sin duda, el paso no podría haberse dado sin la ayuda de la sobrina de Fidel, cuya ascendencia política fue clave para incorporar a las personas transexuales de manera plena a la sociedad.
De hecho, y durante mucho tiempo bajo el gobierno de Fidel Castro, la homofobia fue institucional y oficial, pero con la llegada de Mariela a la escena pública, se han desarrollado importantes proyectos de índole social para fomentar y difundir la protección y el respeto a minorías sexuales en la Isla y muchos observadores internacionales que trabajan en la Isla la consideran la cara amable del régimen.
