El Gobierno de Raúl Castro ha iniciado una nueva ofensiva para recuperar el dinero de los equipos electrodomésticos procedentes de China que, durante la época de Fidel, Cuba distribuyó de forma masiva entre sus ciudadanos. El Gobierno de Raúl Castro ha iniciado una nueva ofensiva para recuperar el dinero de los equipos electrodomésticos procedentes de China que, durante la época de Fidel, Cuba distribuyó de forma masiva entre sus ciudadanos.
Se trata especialmente de las famosas ollas eléctricas ‘arroceras’, que llegaban del gigante asiático para venderlas en el país caribeño a precios subsidiados con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y ahorrar energía.
Un bien muy codiciado en la Isla, donde la dieta básica consiste en frijoles y arroz. Los temores de muchas compañías chinas se han cumplido. Cuba no ha pagado estos productos, tal y como algunas de estas firmas anticipaban hace años, cuando exigían que los envíos estuviesen avalados por cartas de crédito.
Para solucionar el problema, la Oficina Nacional de Administración Tributaria, aplica una especie de embargo salarial, que no es suficiente para cumplir con sus compromisos financieros. Por eso, el diario Granma ha sido el último en arremeter contra el pueblo cubano, llamando ingratos a los ciudadanos por no pagar estos electrodomésticos que, paradójicamente, el mismo Gobierno les obligó a adquirir. Cuba padece este año una de sus recesiones más graves desde que triunfo la revolución que lideró Fidel Castro en 1959 y el Gobierno que preside ahora su hermano menor Raúl sufre una asfixiante falta de liquidez que le ha llevado a incumplir los pagos de deudas con otros países y proveedores.
Según fuentes oficiales, en los primeros nueve meses de este año cayó un 36% el comercio exterior de bienes y se desplomaron los precios de los principales productos de exportación.
