José Ramón Machado Ventura, el ‘número dos‘ formal de la actual estructura de poder cubana, continúa con la dura labor que parece haberle encomendado Raúl Castro: una gira permanente por las provincias durante la cuál, además de intentar tranquilizar a los cuadros del partido, comunica las malas noticias y le pone cara a encargos difíciles como los planes de ahorro energético. José Ramón Machado Ventura, el ‘número dos‘ formal de la actual estructura de poder cubana, continúa con la dura labor que parece haberle encomendado Raúl Castro: una gira permanente por las provincias durante la cuál, además de intentar tranquilizar a los cuadros del partido, comunica las malas noticias y le pone cara a encargos difíciles como los planes de ahorro energético.
El último mensaje que ha trasmitido por ahora es que la Isla no ha eliminado a todos los posibles sucesores en el poder de la cúpula actual que rondan los ochenta años de promedio.
Lo hace en las supuestas sesiones preparatorias del Congreso de la Unión de Juventudes Comunistas que tendrá lugar este año y en el que, según algunos cubanólogos, se intentará dar la impresión de que se consagra y configura una dirección para el futuro de la Isla y el Partido Comunista.
Aunque quizá no sea fácil que haya candidatos para sustituir o rivalizar con Julio Martínez, actual primer secretario de las Juventudes. Entre otras cosas por la mala suerte que han tenido todos aquellos altos cargos de las juventudes como Roberto Robaina, Carlos Lage, Felipe Pérez Roque u Otto Rivero que alguna vez fueron señalados como los sucesores lógicos de la cúpula actual que se perpetúa a sí misma.
De una u otra forma, el cónclave juvenil se celebrará, en principio, los próximos días 3 y 4 de abril y estará precedido de muchas asambleas preparatorias de este IX Congreso de las Juventudes, en las que, según Machado Ventura, «los jóvenes cuadros deben prepararse para ser capaces de hacer lo que Fidel y Raúl esperan de ellos».
