Los esfuerzos bipartidistas en el Congreso de Estados Unidos para eliminar definitivamente las prohibiciones para viajar a la Isla cubana, que se mantienen en vigor desde la Guerra Fría, han sido postergados debido al protagonismo que ha tomado la reforma del sistema de salud, aunque los partidarios de eliminar estas restricciones confían en poder lograrlo este año. Los esfuerzos bipartidistas en el Congreso de Estados Unidos para eliminar definitivamente las prohibiciones para viajar a la Isla cubana, que se mantienen en vigor desde la Guerra Fría, han sido postergados debido al protagonismo que ha tomado la reforma del sistema de salud, aunque los partidarios de eliminar estas restricciones confían en poder lograrlo este año.
Los que apoyan los proyectos de ley para permitir que los estadounidenses viajen libremente a Cuba, introducidos el año pasado en el Senado y la Cámara de Representantes, han asegurado que un flujo de dólares del lobby pro embargo cubano norteamericano también podría estar influyendo en la tardanza para aprobar los viajes a la Isla.
La Asociación Nacional de Turismo estadounidense calcula que por lo menos unos 850.000 turistas estadounidenses viajarían a Cuba, a sólo 145 kilómetros de la costa de Florida, en el primer año si se levantan las sanciones. Operadores de turismo de ambos países se reunirán en marzo en el balneario mexicano de Cancún para hacer planes para ese día.
Los proyectos de ley sobre viajes a Cuba fueron presentados el año pasado, cuando Obama prometió «relanzar» las complejas relaciones con Cuba. Si se aprueban los viajes la Isla se podría inundar de turistas estadounidenses atraídos por las playas y la mística revolución.
