El presidente del Gobierno cubano, Raúl Castro, continúa con su intento de controlar la fuga de suministros que se produce en las empresas estatales, propiciada, entre otros motivos, por la falta absoluta de control de gastos y recursos que se observa en la mayoría de los gestores. El presidente del Gobierno cubano, Raúl Castro, continúa con su intento de controlar la fuga de suministros que se produce en las empresas estatales, propiciada, entre otros motivos, por la falta absoluta de control de gastos y recursos que se observa en la mayoría de los gestores. Sin embargo, algunos diplomáticos europeos que realizan su trabajo en La Habana y han sido consultados por CUBA ECONOMICA consideran que sus intentos están abocados de nuevo al fracaso.
De hecho, la Mayor de las Antillas, es uno de los pocos países del mundo en los que existe un ministerio específico, Auditoria y Control, encargado de resolver este problema endémico. Pero no ha tenido éxito. En algunos ámbitos, como la Iglesia católica, en los que también se considera irresoluble el problema sin una profunda reforma de la estructura económica que asegure la creación de riqueza, se advierte que la persistencia de estas prácticas puede generar un problema moral que comprometa, gravemente el futuro.
También, algunos hombres de negocios europeos con intereses en la Isla opinan que la falta de productividad del tejido productivo cubano se relaciona especialmente con la estructura salarial inadecuada, por la absoluta irrelevancia de los ingresos de la fuerza laboral en relación con su poder adquisitivo.
Junto a ello, el ahogo financiero que aqueja al país jugaría un papel decisivo en estos momentos por las dificultades de las empresas, especialmente las mixtas, para importar suministros o remodelar los bienes de equipo caducados.
