Resulta casi increíble un lugar así en plena capital de Cuba, si recordamos que en los años 60, para algunos «dirigentes» mencionar a The Beatles era casi lo mismo que hablar de contrarrevolución y los amantes de la música rock eran vistos poco menos que como disidentes. Resulta casi increíble un lugar así en plena capital de Cuba, si recordamos que en los años 60, para algunos «dirigentes» mencionar a The Beatles era casi lo mismo que hablar de contrarrevolución y los amantes de la música rock eran vistos poco menos que como disidentes.
Por aquellos años en la radio nacional solo se escuchaba el rock soso de muchos grupitos españoles, los cantantes franceses e italianos de moda y alguna que otra figura descollante de América Latina. .
Y resulta que, para mejor, en la actualidad John Lennon tiene un monumento develado en el 2000 por el propio Fidel Castro, y ahora, a pocos metros de allí se abrió el “Submarino Amarillo”.
