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Cuba dobla la retribución a los agricultores de caña para incentivar la producción

La vida da algunos giros inesperados. Los veteranos dirigentes de La Habana, desde luego, no esperaban que el precio de la tonelada de azúcar refinada llegara a alcanzar algún día los 764,9 dólares que se pagan ahora en el mercado de futuros de Londres. La vida da algunos giros inesperados. Los veteranos dirigentes de La Habana, desde luego, no esperaban que el precio de la tonelada de azúcar refinada llegara a alcanzar algún día los 764,9 dólares que se pagan ahora en el mercado de futuros de Londres. Eso ocurre en un momento en que el sector en la Isla que fue históricamente el mayor contribuyente del PIB sufre las consecuencias de una reestructuración emprendida en 2002 que dejó fuera de juego a 100.000 trabajadores y que, sobre todo, no sirvió como se pretendía ni para mejorar la eficiencia ni asegurar una producción mínima. Ahora, Raúl Castro y Ramiro Valdés intentan desesperadamente aumentar la producción y atraer a los campesinos, ahora usufructuarios de la tierra, de vuelta al cultivo de caña. El nuevo plan, desvelado en el Centro de Estudios de la Economía Cubana de la capital habanera por el viceministro del ramo, Nelson Labrada, se basa en aumentar en un 100% el precio que se paga a los productores de caña por esta materia prima como cebo para aumentar el interés de los agricultores. Por ahora, según siempre según Labrada, el Ministerio habría registrado unas 15.000 solicitudes de tierras en usufructo que los guajiros interesados destinarían a este menester. Pero, al menos en este caso, junto a esta iniciativa privada se necesitan otras inversiones estatales complementarias que aseguraran las infraestructuras mínimas necesarias, desde los sistemas de riego a la reparación de las carreteras devastadas.

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