Las autoridades de EEUU tratan de negociar con Cuba una serie de condiciones que aseguren que los yacimientos petrolíferos que permitirá explotar en sus aguas -terriblemente cerca de la costa estadounidense- la mayor de las Antillas pronto, cumplan los requisitos en cuanto a medidas medioambientales. Las autoridades de EEUU tratan de negociar con Cuba una serie de condiciones que aseguren que los yacimientos petrolíferos que permitirá explotar en sus aguas -terriblemente cerca de la costa estadounidense- la mayor de las Antillas pronto, cumplan los requisitos en cuanto a medidas medioambientales.
La justificación es que pretenden evitar, claro, otro desastre como el protagonizado hace no tanto tiempo por la británica BP. Sin embargo, y al mismo tiempo, las autoridades de la primera potencia económica del mundo siguen multando a las compañías que cierran tratos con Cuba. El último caso ha sido el de Flowserve, una constructora de materiales que, casualmente, también pueden utilizarse en plataformas petrolíferas acuáticas.
La multa es de 502.000 dólares (también por cerrar operaciones en Sudán e Irán), aunque no se ha especificado si en el caso de la Isla, los negocios tenían que ver con estos yacimientos en concreto o con los futuros.
Según los rumores, ante la resistencia de las autoridades de La Habana de acceder a esas condiciones que quiere obtener Washington, se han comenzado a dar ciertas presiones a empresas estadounidenses centradas en el proyecto petrolífero para invitarlas a que reculen. A su vez, se cree que a la Casa Blanca además del medioambiente le interesa conocer detalles sobre estas explotaciones.
