En menos de un mes el Departamento del Tesoro de EEUU ha concedido el visado de entrada en el país a un trío de representantes de la dirigencia habanera, muy relacionados con el régimen castristas. En menos de un mes el Departamento del Tesoro de EEUU ha concedido el visado de entrada en el país a un trío de representantes de la dirigencia habanera, muy relacionados con el régimen castristas. Junto a ellos también han encontrado la puerta abierta algunos otros cargos medios de menor relevancia que han podido participar en actos relacionados con la comunidad cubana moderada que vive en el país norteamericano.
Tal vez no sea un indicador de un cambio de tendencia real, si no que, como piensan algunos observadores, los procesos que ya estaban en marcha han cobrado mayor velocidad.
La figura más relevante que ha recibido autorización para viajar a EEUU es Mariela Castro, la hija de Raúl, que participará en un seminario en la Confederación de Estudios Latinoamericanos con Sede en San Francisco en el que hablará sobre la política y la diversidad sexual.
Mariela es la presidenta del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba y también una ardiente defensora del matrimonio gay, causa que ahora apoya también el presidente de EEUU, Barack Obama.
Tras esta intervención, la líder cubana proseguirá su periplo y realizará otra aparición pública en Nueva York.
Para los republicano más cercanos a los sectores anticastristas de Miami, la entrada de Mariela en EEUU es toda una provocación. Y han elevado la voz. Tres de ellos, Mario Díaz Balart, Yleana Ros-Lethinen y David Rivera le han enviado una carta a Hillary Clinton a quien acusan de proteger a países patrocinadores del terrorismo.
