La decisión de Repsol de dejar de buscar hidrocarburos en el Golfo de México tras determinar que estaba ‘seco’ uno de los bloques que exploraba, desilusionó un tanto al Gobierno que confíaba en la tecnología acreditada de la empresa española para hacer posible el sueño de convertir a la Isla en una potencia exportadora de petróleo y gas. La decisión de Repsol de dejar de buscar hidrocarburos en el Golfo de México tras determinar que estaba ‘seco’ uno de los bloques que exploraba, desilusionó un tanto al Gobierno que confíaba en la tecnología acreditada de la empresa española para hacer posible el sueño de convertir a la Isla en una potencia exportadora de petróleo y gas.
A pesar del tropiezo, La Habana no ha perdido la esperanza de que las otras compañías que exploran el área tengan más suerte. Aunque prefieren que la fortuna le sonría a Gazprom, el gigante mundial ruso del gas.
De momento, la plataforma Scarabeo 9, usada por Repsol en la fallida exploración que llevó a cabo desde principios de año, sigue en el Golfo. Ahora, la compañía rusa y sus dos aliadas, Cupet, la empresa cubana del ramo y Petronas, la principal petrolera malaya usan la potencia de búsqueda de esta instalación en otro bloque, en este caso situado frente a las costas de la provincia de Pinar del Río.
Cuando estas exploraciones se den por concluídas, la Scarabeo aún permanecerá en las aguas cubanas del Golfo, en este caso, para ser usada por la petrolera venezolana Pdvsa que también ha manifestado su disposición a continuar con los trabajos que Repsol no quiere concluir.
Algunas fuentes del sector, citadas por medios especializados, aseguran, sin embargo, que la compañía del país presidido por Hugo Chávez que, en principio, iba a ser la principal socia de Cupet en este negocio, pierde puntos en la Isla a causa de las incertidumbres provocadas por la enfermedad del presidente bolivariano y el posible futuro político de su país, en caso de que, finalmente, el líder falleciera.
Por eso, en La Habana buscan otra empresa internacional de confianza para convertirse en el aliado de ‘confianza’, en ese contexto, como decíamos al principio del artículo, parece que Gazprom cuenta con más apoyos que otras candidatas al puesto como la china Sinopec o la brasileña Petrobras, que, sin embargo, también están en las quinielas. Pero, en todos los casos, existe un problema previo que solucionar: de momento, se explora a riesgo, el negocio no es seguro y la rentabilidad no está garantizada.
