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La Habana anuncia la liberalización de la gestión de sus grandes empresas

LA HABANA ha iniciado un proceso de liberalización progresiva de la gestión empresarial que, entre otras medidas, permitirá a las compañías vender a precio de mercado sus excedentes de producción. Es decir, la parte de los bienes fabricados que sobrepasen los objetivos fijados por la planificación estatal. LA HABANA ha iniciado un proceso de liberalización progresiva de la gestión empresarial que, entre otras medidas, permitirá a las compañías vender a precio de mercado sus excedentes de producción. Es decir, la parte de los bienes fabricados que sobrepasen los objetivos fijados por la planificación estatal.

Sin embargo, y a falta de los próximos pasos que puedan darse, los cambios legales aplicados distan mucho de acercar a las empresas cubanas a los estándares establecidos en las compañías de la mayor parte de los países.

De momento, los gestores seguirán sometidos a un cierto control estatal y no tendrán libertad plena para comprar sus suministros, fijar sus tablas salariales, establecer sus reservas de capital, decidir sus planes estratégicos o fijar libremente sus inversiones.

Tras los cambios, los planes empresariales serán aprobados por el presidente de la Organización Superior Empresarial, desvinculando este trámite de los ministerios, o las asambleas del poder popular locales que se encargaban antes de hacerlo. La Osde también aprobará las tablas salariales de todas las empresas, excepto de aquellas sometidas al Perfeccionamiento empresarial que tendrán autonomía para hacerlo, siempre que el gasto no supere los límites marcados por sus propias posibilidades.

LAS COMPAÑÍAS podrán distribuir entre los trabajadores una parte de sus beneficios para estimular la eficiencia. Pero, antes tiene que cumplir algunas condiciones, como haber pasado una auditoría financiera en los últimos 18 meses y haber cumplido con los ratios estipulados en su plan de evaluación. Con las nuevas normas las compañías podrán retener la mitad de los beneficios conseguidos después de impuestos al cierre del ejercicio, lo que supone un aumento de veinte puntos porcentuales sobre las cifras anteriores.

Además podrán retener las reservas no utilizadas en los periodos anteriores y no tendrán que abonar las cantidades correspondientes a la depreciación y amortización de activos fijos tangibles e intangibles.

El dinero ‘ahorrado‘ podrá emplearse en aumentar la retribución de los empleados, financiar inversiones y amortizar créditos bancarios. Aunque una parte tendrá que ir obligatoriamente a un Fondo de Compensación con el que se cubrirán los desbalances financieros que se tengan con el Estado.

La medición de la eficiencia empresarial se realizará por medio de un sistema de siete indicadores en el que se incluyen las ventas netas totales, los beneficios, el cumplimiento de los objetivos planificados, las exportaciones, el aporte por el rendimiento de la inversión estatal, la rotación del capital de trabajo y el aporte en divisas (este último, mientras exista dualidad monetaria).

Esta remodelación legal tiene el propósito de “otorgar más independencia y autonomía a la empresa estatal socialista, de manera tal que esté en condiciones de ocupar el verdadero papel que le corresponde en el desarrollo de nuestra economía”, según las declaraciones oficiales que se han difundido sobre el particular.

EL GOBIERNO de La Habana, ha publicado estas normas en una edición extraordinaria de la Gaceta Oficial de la República de Cuba. Para dar cobertura legal a los cambios se han modificado el Decreto Ley 252 y el Decreto 281, que rigen el trabajo para las empresas donde se aplica el perfeccionamiento empresarial, y se han publicado tres resoluciones (aplicables a todas las empresas del país) de los ministerios de Trabajo y Seguridad Social y Finanzas y Precios.

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