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‘The New York Times’ reconoce las injerencias de EEUU contra La Habana

‘THE NEW YORK TIMES‘ ha vuelto a publicar un extenso editorial sobre Cuba, el quinto en menos de un mes, esta vez reconociendo los incontables intentos desestabilizadores de Estados Unidos, diseñados para provocar el derrumbe del Gobierno en La Habana. ‘THE NEW YORK TIMES‘ ha vuelto a publicar un extenso editorial sobre Cuba, el quinto en menos de un mes, esta vez reconociendo los incontables intentos desestabilizadores de Estados Unidos, diseñados para provocar el derrumbe del Gobierno en La Habana.

Bajo el título In Cuba, Misadventures in Regime Change (En Cuba, desventuras al intentar derrocar un régimen), el comité editorial del influyente diario neoyorquino hizo un repaso el pasado domingo día 9, desde la aprobación de la Ley Helms-Burton, en 1996 y hasta fecha reciente, de los innumerables planes fraguados en Washington contra la estabilidad nacional en la Isla.

El ‘Times‘ destaca en el editorial que estos proyectos subversivos solo sirvieron como fundamento para que el Gobierno estadounidense gastara 264 millones de dólares durante los últimos 18 años.

Reconoce además que, lejos de haber logrado su objetivo, las iniciativas resultaron contraproducentes, pues estos fondos “se convirtieron en un imán para charlatanes y ladrones”.

“Los sigilosos programas han agravado la hostilidad entre las dos naciones -resalta el ‘The New York Times‘- y han bloqueado oportunidades de cooperar en áreas de interés mutuo”

Señala además, a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) por sus misiones furtivas dentro de la Isla, tratando de implementar proyectos ilegales en Cuba.

El editorial destaca que, “en lugar de proyectos encubiertos para derrocar el Gobierno cubano, los líderes estadounidenses deben encontrar mecanismos a través de una coordinación con el Gobierno cubano”.

“Washington tiene que reconocer que a lo único que puede aspirar, es a influir de manera positiva en la evolución de Cuba hacia una sociedad más abierta. Para eso, es más productivo lograr un acercamiento diplomático, que insistir en métodos artificiosos”, concluye el editorial de The New York Times.

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