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Una empresa catalana busca compensaciones para las familias españolas, expropiadas por la Revolución

LA INTEGRACIÓN de Cuba en los mecanismos de crédito supranacionales como el Banco Mundial, el FMI o el Banco Interamericano, no será posible mientras queden cuentas pendientes con viejos acreedores. LA INTEGRACIÓN de Cuba en los mecanismos de crédito supranacionales como el Banco Mundial, el FMI o el Banco Interamericano, no será posible mientras queden cuentas pendientes con viejos acreedores. O eso es lo que piensan algunos emprendedores internacionales que han formado compañías para intermediar, por ejemplo, entre las familias expropiadas por la Revolución y las actuales autoridades cubanas. La recolección de títulos de propiedad válidos y la ‘sindicación‘ de las demandas son las bases del negocio.

En España, la empresa ‘1898. Compañía de Recuperaciones Patrimoniales en Cuba‘, con sede en Barcelona lleva más de un año de trabajo en este campo y ha conseguido ya reunir a cerca de 1.000 familias interesadas en la contratación de sus servicios.

El reciente proceso de deshielo de relaciones entre Washington y La Habana parece haber servido también para aumentar las posibilidades de negocio de este incipiente sector, que, hasta ahora sólo se había desarrollado en EEUU, al amparo del registro previsto por la Ley Helms-Burton, en la década de los noventa del pasado siglo.

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