El abogado español y presidente del Club Diálogos para la Democracia, Antonio Gavilanes Dumont, ha señalado en declaraciones a esta publicación que considera necesario que España haga llegar a la Isla una misión oficial “lo antes posible y del máximo nivel”. El abogado español y presidente del Club Diálogos para la Democracia, Antonio Gavilanes Dumont, ha señalado en declaraciones a esta publicación que considera necesario que España haga llegar a la Isla una misión oficial “lo antes posible y del máximo nivel”.
Gavilanes Dumont, que fundó Diálogos para la Democracia y formó parte de su primer núcleo directivo junto al entonces Senador por Designación Real, Carlos Ollero, y Enrique Múgica Herzog y Joaquín Garrigues Walker, ha incidido así en la necesidad de responder a la agilidad que están mostrando otros países a la hora de adaptarse al nuevo contexto internacional. Más aún en el día en que se ha anunciado el restablecimiento oficial de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU.
El fundador de Diálogos para la Democracia ha realizado estas declaraciones un día después de que transcendiese, según publicó el diario El País, que varios empresarios con intereses en Cuba, “sobre todo hoteleros”, habrían invitado al rey emérito Juan Carlos I a realizar una visita privada a la Isla. Una visita que según el presidente del Club Diálogos para la Democracia podría servir para preparar el terreno a la, según él, necesaria visita en 2016 del rey Felipe VI. De esta forma, se podría superar el obstáculo que supone la dificultad de anticipar en un año electoral la agenda de visitas oficiales. Algo que, sin embargo, considera necesario dadas las necesidades de planificación que conllevan la agenda y compromisos de Felipe VI, y de realizar ya un gesto hacia la Isla. No obstante, según lo que ha trascendido a los medios, todo parece indicar que incluso la visita de Juan Carlos I tendrá que seguir esperando ya que no contará con el visto bueno del Gobierno español.
Todo ello en el mismo día en que se ha conocido que la visita a la Isla de la próxima semana del Ministro de Industria, Energía y Turismo español, José Manuel Soria, con la que se pretendían intensificar los lazos políticos y económicos de España con Cuba y, sobre todo, potenciar los intereses de inversión extranjera en el contexto del “deshielo” con Estados Unidos, tendrá finalmente un formato más sencillo y un menor número de empresarios españoles de los inicialmente previstos. Aunque no se habían hecho públicos los detalles de dicha visita, el Ejecutivo español trabajaba para lograr encuentros al más alto nivel posible, después de anteriores decepciones como la visita durante el pasado mes de noviembre, del ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, que quedó deslucida por el plantón que recibió de Raúl Castro, quien no recibió al Canciller y delegó el encuentro en el número dos del régimen, Miguel Díaz-Canel.
Un segundo jarro de agua fría después de que ayer se hiciese público que el ministro español de Economía, Luis de Guindos, suspendía la visita prevista a la Isla, oficialmente “para poder seguir de cerca la evolución de los acontecimientos relativos a Grecia”. Y es que las negociaciones entre este país y sus acreedores, las instituciones anteriormente conocidas como la troika, mantienen en vilo la estabilidad de la Eurozona y, en cualquier momento, pueden hacer necesaria la asistencia de Guindos a una reunión extraordinaria del Eurogrupo.
En cualquier caso, a juicio de Gavilanes Dumont, si bien visitas como la de la próxima semana o la que realizó entre el pasado 13 y 16 de abril el secretario de Estado de Comercio español, Jaime García-Legaz, son pasos en la buena dirección, “no tienen el mismo impacto que la visita de un Jefe de Estado en visita oficial”. Más aún, cuando otros Estados como Francia ya han tomado la iniciativa enviando a su Jefe de Estado, François Hollande, el pasado mes de mayo; o la propia Iglesia Católica ya ha anunciado la visita del Papa Francisco durante el próximo mes de septiembre.
Además, Gavilanes Dumont considera que una eventual visita de Felipe VI sí podría ser una oportunidad excelente para hacerla coincidir con una gran Cumbre Hispano-Cubana a la que asistirían desde grandes a pequeños empresarios que podrían ver así afianzadas sus perspectivas de negocio en la Isla; algo que, como decíamos, el actual Ejecutivo español parece estar buscando. Se conseguiría así tranquilizar a los empresarios españoles afincados en Cuba que temen perder posiciones ahora que se ha iniciado una apertura tan tímida como irreversible y que puede abrir grandes oportunidades de negocio en la Isla en sectores hasta ahora poco explorados como podría ser la rehabilitación de toda la Habana vieja que Gavilanes pone como ejemplo y en las que, en todo caso, “España tiene que estar”.
De producirse esa visita se solucionaría también la anomalía que supone que Cuba sea el único país latinoamericano que no ha sido visitado oficialmente por España desde la segunda restauración borbónica, ya que el rey emérito sólo estuvo en La Habana en 1999, pero con motivo de la Cumbre Iberoamericana. Además, a juicio del presidente del Club Diálogos para la Democracia, la eventual visita tendría una excelente acogida en La Habana como parece confirmar que ya lanzase esta idea hace dos semanas durante un desayuno informativo celebrado por su organización, precisamente en torno a la figura del embajador de Cuba en España. Un evento que contó también con la presencia de algunas de las principales empresas e instituciones de este país que además forman parte del cuerpo de patrocinadores de la organización fundada en 1976.
