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El dengue mantiene en alerta a los cubanos

El ronroneo constante y el fuerte olor a keroseno son el aviso seguro en el vecindario de que andan cerca los fumigadores del “programa del mosquito”, algo que se ha convertido casi en parte del día a día en muchas zonas de Cuba. El ronroneo constante y el fuerte olor a keroseno son el aviso seguro en el vecindario de que andan cerca los fumigadores del “programa del mosquito”, algo que se ha convertido casi en parte del día a día en muchas zonas de Cuba. Y, aunque desde el Ministerio de Salud Pública se asegura que la situación epidemiológica del país es mejor que el año pasado, la intensidad con que se realizan dichas labores dan la medida de que en la capital y en algunas provincias se siguen promoviendo medidas de todo tipo. Algunas, extremas.

En La Habana, según uno de los inspectores que casi semanalmente recorre las viviendas en la barriada de La Víbora: “por esta zona, está todo tranquilo; pero en Santos Suarez (en el mismo municipio) la cosa está en candela con el dengue y el chicungunya y tenemos que reforzar las inspecciones y las fumigaciones hasta los fines de semana”.

Las autoridades no ofrecen cifras generales sobre la situación, pero las reiteradas fumigaciones, incluso con avionetas, dan la medida de la extensión del problema. En Cienfuegos, en el centro sur de la isla, la prensa local informó de que hasta 700 casos de dengue en la provincia, tan sólo hasta el 7 de agosto. Y aunque esa cifra es inferior a la del verano pasado, llamó a la población a tomar medidas preventivas y acudir al médico ante el menor síntoma.

La pero situación parece estarse dando en la provincia de Holguín, donde se ha llegado al extremo de suspender los carnavales. También se han puesto a disposición salas adicionales en los hospitales para atender los constantes ingresos de enfermos con dengue.

Muchos pensaban que la actual sequía era una ayuda en la lucha contra el «aedes aegypti», pero la multiplicación de recipientes en las viviendas para almacenar agua brinda al mosquito más lugares donde depositar sus larvas, ayudado, además, por las inusualmente altas temperaturas de esta temporada.

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