Lenta pero inexorablemente, las piezas más productivas del sistema económico cubano buscan su hueco en los mercados de EEUU, en un intento de aprovechar los huecos que les proporciona el ‘deshielo’, mientras llega el esperado final del embargo. También la biotecnología, por supuesto. Lenta pero inexorablemente, las piezas más productivas del sistema económico cubano buscan su hueco en los mercados de EEUU, en un intento de aprovechar los huecos que les proporciona el ‘deshielo’, mientras llega el esperado final del embargo. También la biotecnología, por supuesto.
Por el momento, las farmacéuticas estadounidenses se limitan a estudiar el terreno y tomar nota de los avances científicos. Pero la red de colaboración sanitaria y académica y los intercambios de información que se producen son un buen primer paso para propiciar el futuro negocio.
Como por ejemplo el acuerdo que ha firmado un centro de investigación estadounidense con Cuba par iniciar un intercambio de información sobre una vacuna contra el cáncer de pulmón. Según los especialistas de la isla cubana los resultados están siendo muy positivos porque logran detener el avance de la enfermedad sin minar la calidad de vida de los clientes.
En concreto, Arhlee Díaz, farmacéutico y comercializador del centro de investigación que la lleva a cabo, ha asegurado que “se trata de una vacuna terapéutica con muy buenos resultados en estudios avanzados de cáncer de pulmón”.
Aunque, de momento no se podría comercializar la vacuna en el país que preside Barack Obama debido a la vigencia del embargo económico. Los cubanos, por su parte, pueden acceder a ella de modo gratuito y la vacuna está registrada además, en Perú y Paraguay.
