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China y EE.UU. compiten por llenar el vacío de Venezuela en la economía de la Isla

La apertura de Cuba ha ido llegando en paralelo al progresivo hundimiento de la economía venezolana, país que ha jugado un rol providencial como gran socio comercial y energético de la Isla durante estos últimos años. Una situación que, a su vez, ha acelerando la necesidad de las autoridades cubanas de adaptarse a la nueva coyuntura marcada por el ‘deshielo’. La apertura de Cuba ha ido llegando en paralelo al progresivo hundimiento de la economía venezolana, país que ha jugado un rol providencial como gran socio comercial y energético de la Isla durante estos últimos años. Una situación que, a su vez, ha acelerado la necesidad de las autoridades cubanas de adaptarse a la nueva coyuntura marcada por una mayor apertura económica con el ‘deshielo’ como hito.

Y nada resulta más paradigmático de este interregno entre dos épocas que el hecho de que la gran dipusta por llenar el vacío venezolano se este dando entre el que ha sido hasta ahora el otro gran socio de la Isla y quien fue su gran enemigo dede el triunfo de la Revolución cubana. Es decir, entre China y EE.UU.

Un nuevo escenario al que está llegando tarde la Unión Europea, que todavía la semana pasada solicitó formalmente la abolición de la llamada Posición Común y la aprobación del Acuerdo Bilateral con Cuba conocido como Diálogo Político y Cooperación (PDCA). Y, especialmente dentro de la UE, España, que continúa siendo castigada por la continuidad de los Gobiernos que precisamente impulsaron la citada y ya reconocida por casi todos como fallida política europea.

Todo ello sin que las principales autoridades españolas parezcan dispuestas a hacer demasiados esfuerzos por ‘compensar’ sus errores anteriores para devolver la iniciativa a sus empresas por la vía diplomática. Algo que, en este caso, sí están haciendo sus contrapartes francesas o italianas; o incluso, comparativamente con mayor impulso, dado su peso en la Isla, las alemanas, holandesas o británicas.

Así, pese a que la apertura estadounidense es todavía limitada y encierra “vacíos jurídicos”, las empresas estadounidenses toman posiciones mientras los inversores de este país presionan a su clase política para que acelere el ritmo de acercamiento a la Isla y continúe eliminando los obstáculos para ello. Especialmente desde sus sectores agroalimentario, hotelero y de infraestructura, según ha señalado en una entrevista con EFE, Alliette DelPozo Rodz, abogada de la firma Shutts & Bowen y experta en inversión extranjera en Cuba.

Mientras tanto, el primer ministro chino, Li Kequiang, acaba de visitar la Isla para encauzar la cooperación económica-comercial con Cuba hacia nuevas áreas con la firma de unos treinta convenios tras reunirse en La Habana con el presidente de la isla, Raúl Castro, con quien además dialogó sobre el fortalecimiento de la confianza política bilateral.

También, en lo que comienza a ser ya un movimiento ‘standard’ entre los diferentes países que desean impulsar sus relaciones con la Isla, se firmó un protocolo que oficializa la condonación de la deuda de la isla con China, según informó la televisión estatal del país caribeño. De esta forma, han resultado ya beneficiados sectores como el de las energías renovables, la informática, la industria, la biotecnología o el bancario.

Asimismo destaca un «proyecto de renovación vinculado a la producción de prensa y materiales gráficos» que viene a confirmar que cada vez son más los sectores involucrados en la apertura comercial de la Isla. Una oportunidad en la que EE.UU. pretende poner en valor su mayor cercanía geográfica con Cuba y el menor coste económico que entraña el envío de mercancías desde puertos como Miami, Tampa o Fort Lauderdale; todos ellos en el estado de Florida.

Sin embargo, pese al deseo de Cuba de diversificar sus aliados comerciales y económicos; de momento siguen pesando más las relaciones tradicionales como señala el crecimiento de casi el 57% del intercambio comercial con China durante el último año.

Un peso que está previsto que nuevamente se haga notorio a través del esperado encuentro entre Li Kequiang, acompañado de su mujer, Cheng Hong, algo poco frecuente, con Fidel Castro, pese a no estar incluido en la agenda oficial del viaje del politico chino. En lo que sirve como termómetro de las relaciones entre las autoridades cubanas y los líderes de otros países, Castro también recibió esta misma semana al presidente de Irán, Hasan Rohaní, y al premier japonés, Shinzo Abe.

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