La televisión cubana se ha lanzado «con todos los hierros», según criterios de Radio bemba, a un nuevo programa de participación de esos que tanto escasean en la pequeña pantalla de la isla y que el público pide a gritos o sustituye con materiales que aporta «el Paquete» procedentes de televisoras extranjeras. La televisión cubana se ha lanzado «con todos los hierros», según criterios de Radio bemba, a un nuevo programa de participación de esos que tanto escasean en la pequeña pantalla de la isla y que el público pide a gritos o sustituye con materiales que aporta «el Paquete» procedentes de televisoras extranjeras.
Se trata de «Bailando en Cuba», que sigue la senda de «Sonando en Cuba», un gran espectáculo con todos los ingredientes necesarios que permitieron en dos temporadas establecer records de teleaudiencia, y ahora los promotores de este sucedáneo esperan lo mismo.
El caso es que los televidentes ya tienen cada domingo y hasta abril, en horario estelar, la competencia de 16 parejas de baile que deberán hacer milagros danzando para mantenerse hasta el final sin ser eliminados por un exigente jurado y por el público, que también decide con su voto por sus favoritos.
Ya comienzan en Radio bemba los comentarios sobre la calidad de tal o más cual pareja -todos jóvenes salidos la mayoría del anonimato y que esperan la gran oportunidad de su vida-, y sobre todo por la excelente factura de la puesta en pantalla, que como muchos dicen «compite con los de afuera» mientras esperan por el premio, todavía desconocido, pero que según comentan «debe ser bien grande».
