Desde la semana pasada, se ha producido en la capital del país caribeño una sensible disminución de los taxis privados que se encuentran en servicio, los populararmente conocidos como ‘almendrones’; en su gran mayoría autos estadounidenses con más de 60 años de fabricación. Desde la semana pasada, se ha producido en la capital del país caribeño una sensible disminución de los taxis privados que se encuentran en servicio, los populararmente conocidos como ‘almendrones’; en su gran mayoría autos estadounidenses con más de 60 años de fabricación.
Se trata de la repuesta del sector ante la decisión del Gobierno cubano, de establecer nuevos precios fijos para sus recorridos, según recoge el diario El Financiero de México, después de que durante los últimos meses, los taxistas aumentasen el costo de cada servicio en distintos tramos.
Por ello, el gobierno provincial de la ciudad de La Habana ha emitido un decreto donde fija dichos precios y, además, establece que las violaciones de los choferes, ya sea por denuncia que se reciban de la población, o por resultado de las acciones de control, conllevan la cancelación de la Licencia de Operación del Transporte.
Incluso, según sea el caso la denuncia y el procesamiento, puede incluir el decomiso del medio de transporte. Una media que ha provocado que algunos taxixtan hayan decidido no salir nuevamente a la calle en lo que podría ser un pulso entre autoridades y el naciente y autorizado sector privado.
Consideran inaceptable que no se haya contado con ellos para negociar el tope de los pasajes, ni considerado los gastos que les supone el combustible o mantener los vehículos, ni que tambpoco el Estado les haya ofrecido algún tipo de ayuda. Una muestra también de la contradicción entre un país que trata de abrirse paulatinamente a una economía de mercado y la intención del Gobierno de regular la actividad con tarifas.
