La Empresa Nacional de Servicios Aéreos (Enasa) comenzó recientemente el ensamblaje de aviones rusos AN-2, destinados fundamentalmente a la fumigación agrícola, aunque útiles también para el turismo, la transportación de cargas y la extinción de incendios.
La Empresa Nacional de Servicios Aéreos (Enasa) comenzó recientemente el ensamblaje de aviones rusos AN-2, destinados fundamentalmente a la fumigación agrícola, aunque útiles también para el turismo, la transportación de cargas y la extinción de incendios.
La noticia sorprendió a muchos y despertó interrogantes que las autoridades de Enasa se encargaron de despejar con la lógica de que, por tener una autonomía de vuelo reducida, las aeronaves no pueden volar desde Rusia hasta Cuba y se hace necesario enviarlas desarmadas en contenedores por vía marítima.
Pero antes de ser trasladadas a la isla reciben una revisión integral y comprobación de vuelo y de su estado técnico en talleres rusos, de manera que cumplan las exigencias de la parte cubana y luego de su montaje se vuelve a probar el avión y se realizan vuelos de control.
Los especialistas recuerdan que el AN-2 fue el primer aparato que sacó hace muchos años el constructor de aviones soviético Antonov, pero los actuales, aunque conservan casi toda la fisonomía de los primeros, disponen de todos los adelantos de la aeronáutica en la actualidad para cumplir sus requerimientos.
