A pesar de que en Cuba el acceso a Internet es todavía bastante limitado, los emprendedores de la Isla no han pasado por alto promocionar de forma creciente sus negocios por todas las vías posible -en un país donde la publicidad es mínima- y especialmente en internet, haciendo gala de aquel refrán de que ?lo que no se anuncia no se vende?.
A pesar de que en Cuba el acceso a Internet es todavía bastante limitado, los emprendedores de la Isla no han pasado por alto promocionar de forma creciente sus negocios por todas las vías posible -en un país donde la publicidad es mínima- y especialmente en internet, haciendo gala de aquel refrán de que ?lo que no se anuncia no se vende?.
Un ejemplo de ello es la plataforma Airbnb, a la que comenzaron a acceder en cuando comenzó el deshielo en las relaciones con EEUU, especializada en la reservación de habitaciones y viviendas privadas para su alquiler, de tal manera que para julio de 2017 Cuba era el país con mayor crecimiento en la publicación de contenidos y ello permitió que por esa vía unos 56.000 turistas accedieran a hospedajes en todas partes de la Isla.
Pero aun antes, ya los anuncios habían comenzado a proliferar, como los de renta de habitaciones, en las conocidas web dedicadas al negocio inmobiliario Cubísima, Detrás de la fachada, Porlalivre y otras.
Pero también los comerciales sobre los más variados servicios, desde restaurantes y cafeterías -en el cual la web Alamesa tiene la última palabra-, hasta fabricación y venta de calzado, de muebles, confecciones, organización de fiestas, reparación de equipos, diseño, computación, construcciones y mucho más.
