RODEADA de hermosos parajes naturales y con una atractiva arquitectura, en marzo del año 1962 comenzó oficialmente sus actividades la Escuela Nacional de Arte (ENA). RODEADA de hermosos parajes naturales y con una atractiva arquitectura, en marzo del año 1962 comenzó oficialmente sus actividades la Escuela Nacional de Arte (ENA).
El líder cubano, Fidel Castro, sugirió como sede el edificio del conocido como Country Club, de La Habana, y las antiguas residencias de los burgueses.
El proyecto parte un año antes, en 1961, cuando se llevó a cabo la Campaña Nacional de Alfabetización, creándose las bases de instrucción necesarias para el desarrollo de un programa educacional y cultural de largo alcance.
Como parte del desarrollo y el prestigio alcanzado por Cuba, surge un estudio general y se constituyen en principio cuatro especialidades: Música, Ballet, Arte Dramático y Artes Plásticas, para tres años después incorporarse Danza Moderna y Folclórica.
Su fundación parte de multitud de tradiciones culturales gestada en la práctica creadora de pedagogos y artistas cubanos en siglos anteriores.
La ENA surgió como algo necesario, fue la semilla que permitió la concepción de un sistema de enseñanza de las artes que se expandió por la nación, primero en dos niveles de formación y, en 1976, con el nivel universitario plasmado en el Instituto Superior de Arte (ISA).
La ENA , con medio siglo de existencia no sólo es a primera escuela especializada para la enseñanza del arte creada en Cuba por la Revolución, sino que se convirtió de hecho en el primer, más grande y multidisciplinario laboratorio artístico-pedagógico del país.
