EL GOBIERNO DE RAÚL CASTRO continúa, aunque de manera pausada, con sus reformas económicas. EL GOBIERNO DE RAÚL CASTRO continúa, aunque de manera pausada, con sus reformas económicas. La última ha sido la de ampliar las actividades en las que se autoriza el trabajo por cuenta propia, o ‘cuentapropismo’, como se le conoce en la isla, con el arrendamiento de los baños públicos, que hasta ahora dependían de los Servicios Comunales.
La medida ha sido tomada por el Ministerio de Finanzas y Precios (MFP) y publicada la pasada semana en la Gaceta Oficial de la República de Cuba. En ella se estipula que el precio máximo establecido para los servicios mínimos de inodoro, urinario y lavamanos, es de un peso cubano (menos de tres céntimos de euro).
El arrendamiento se realizará mediante un contrato y los consejos de la administración provinciales y el municipio especial Isla de la Juventud serán los encargados del control. La norma contempla que se dé prioridad a la hora de dar estos arrendamientos a aquellos que ya están trabajando en los baños públicos.
Con el fin de incentivar esta forma de negocio, el Gobierno ha decidido conceder un año de carencia en el pago del arrendamiento y “como estímulo para que garantice el mantenimiento, la restauración e higienización del baño”.
La cuota que tendrá que abonar el ‘cuentapropista‘, además de la electricidad y el agua, se fijará en virtud de un estudio que presentarán técnicos oficiales tras haber inspeccionado la instalación y comprobado el número de usuarios que tenga.
