¿Habrá en Cuba un antes y un después del verano de 2008? Nadie se arriesga a hacer previsiones sobre lo que traerá el futuro tras haber vivido una estación ya marcada para la historia por el devastador paso de Gustav e Ike. ANTES Y DESPUÉS
¿Habrá en Cuba un antes y un después del verano de 2008? Nadie se arriesga a hacer previsiones sobre lo que traerá el futuro tras haber vivido una estación ya marcada para la historia por el devastador paso de Gustav e Ike. Dos huracanes consecutivos que han provocado pérdidas de más de 3.000 millones de dólares para la economía cubana, según las estimaciones de la ONU, y que también han arruinado el 50% de las cosechas. Viajeros llegados de La Habana explican el antes y el después con la contraposición de dos imágenes sucesivas. Primero el fin de semana previo a la llegada de Ike, cuando Gustav acababa de pasar. Un sábado y un domingo en el que los habitantes de la capital llenaron las tiendas de recuperación de divisas para comprar suministros. Unas tiendas en las que había suficiente oferta. Luego llegó el lunes, el martes, el miércoles y pasaron cosas quizá más sorprendentes que el inusual buen aspecto de los estantes repletos de un supermercado. Por ejemplo, el hecho de que el ‘aristocrático’ municipio Playa de la capital del país, donde se encuentran la mayoría de las sedes de las empresas mixtas y las representaciones comerciales, se mantuviera 48 horas sin disponer de su fluido eléctrico. Algo que no sucedía desde el período especial.
MARIELA CASTRO Y LA CULTURA SOLIDARIA
La hija de Raúl Castro, Mariela Castro, continúa en estos días bajo la atenta observación de los politólogos internacionales. La directora nacional del Centro de Educación Sexual ha bajado un tanto su perfil desde el fiasco de la manifestación que en el día del Orgullo intentaron organizar algunos colectivos gays de La Habana, que tropezaron de lleno con la dura oposición de la Iglesia católica. Un aliado demasiado importante para los gobernantes cubanos y a quien no conviene soliviantar en exceso. Sin embargo, incluso fuera del primer plano, Mariela continúa con su trabajo y acaba de encontrar un nuevo filón en el que aunar la potencia de la incipiente industria cultural cubana con el impulso de la integración latinoamericana y la tradición internacionalista del país. El proyecto, que ya ha podido verse en la televisión cubana, es una serie de dibujos animados, titulada ‘Pubertad’, con la que se pretende contribuir a «dignificar la pubertad como una etapa importante en la vida de los adolescentes y desterrar estereotipos sociales sobre el tema», según las propias declaraciones de la hija de Raúl. Ahora llega el segundo paso, quizá más importante. Mariela tiene la intención de exportar el programa a otros países de Latinoamérica, lo que sólo sería el primer eslabón de un interesante negocio.



