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El clima bilateral entre Madrid y La Habana mejora a buen ritmo y beneficia a las empresas españolas con intereses en Cuba

En 15 días...

La Feria Internacional de La Habana, que se celebra estos días, ha servido para constatar una vez más el nuevo clima en la relación política bilateral que se ha instalado entre Madrid y La Habana tras la llegada al poder en España de José Luis Rodríguez Zapatero. La Feria Internacional de La Habana, que se celebra estos días, ha servido para constatar una vez más el nuevo clima en la relación política bilateral que se ha instalado entre Madrid y La Habana tras la llegada al poder en España de José Luis Rodríguez Zapatero. Una buena noticia para las empresas españolas con intereses en Cuba que hasta marzo de 2004 se encontraban casi en un callejón sin salida que dificultaba gravemente su actividad en aquel país. El Gobierno español ha dado pasos concretos para contribuir a la relajación de las tensiones políticas y parece haber conseguido en buena medida su propósito. Sin embargo, el buen ambiente diplomático es sólo una condición necesaria, pero no suficiente para que florezcan los negocios y fluya la inversión internacional.

Existen otras circunstancias también fundamentales que, por el momento no se dan. Desde España se espera ahora que los esfuerzos realizados se vean correspondidos. Y no sólo en el plano político. Para que las relaciones empresariales y comerciales recuperen el tono apropiado, el tejido empresarial de la Isla debe plantearse atender a los compromisos de pago pretéritos. Cierto que para que sea posible habría que encontrar esquemas que permitan la renegociación de la deuda, pero el proceso resultante debe ser asumible para las dos partes implicadas en él.

Por éso, algunos observadores expertos en el análisis de las relaciones comerciales entre España y Cuba aseguran que que no es fácil que el actual clima de cordialidad se convierta en el origen de una nueva oleada de inversiones hacia la Isla con origen en España. El recuerdo de pasados incumplimientos está todavía muy vivo en los sectores políticos, empresariles y financieros. Y, además, el interés cubano continúa, al menos oficialmente, centrado en incrementar las relaciones económicas con Venezuela y China.

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