Quienes disfrutaron con las voces y los ritmos tradicionales cubanos del Buena Vista Social Club (BVSC) pronto solo tendrán gratos recuerdos y añoranzas, porque la mítica agrupación se despide de los escenarios, pero a lo grande, con una gira mundial titulada Adiós Tour, que los llevará por ciudades de Europa, América Latina, África y Estados Unidos. Quienes disfrutaron con las voces y los ritmos tradicionales cubanos del Buena Vista Social Club (BVSC) pronto solo tendrán gratos recuerdos y añoranzas, porque la mítica agrupación se despide de los escenarios, pero a lo grande, con una gira mundial titulada Adiós Tour, que los llevará por ciudades de Europa, América Latina, África y Estados Unidos.
Jesús “Aguaje” Ramos, trombonista y director del conjunto, dio la noticia y explicó que BVSC se desintegra porque sus integrantes han decidido encarar definitivamente proyectos personales y que la longevidad de algunos de ellos reclama ya de un necesario relevo generacional en el ámbito de la música tradicional.
No obstante, advirtió que tras 17 años de éxitos por medio mundo y de extraordinarias experiencias que los han enriquecido a todos, la despedida no es definitiva, porque habrá ocasiones en las cuales podrán reunirse de nuevo.
Daniel Florestano, presidente de Montuno Producciones, agencia que gestiona el trabajo del BVSC a nivel internacional, informó que Adiós Tour comenzará por Francia a finales de junio y concluirá con dos conciertos en el enorme teatro Karl Marx, de La Habana, en noviembre de 2015.
Añadió que durante los muchos meses que median hasta entonces, no solo realizan la gira de conciertos, sino que además está prevista la realización de grabaciones para dejar recogido el trabajo artístico del grupo desde su creación en 1997.
Aguaje, por su parte, advirtió que tanto las presentaciones como las grabaciones, sevirán para rendir homenaje a fundadores que ya no están, pues bajo el sello discográfico británico World Circuit Records, se incluirán grabaciones de Compay Segundo, Rubén González, Ibrahim Ferrer e Israel López “Cachaito”, que figuran en discos del grupo así como versiones nuevas de temas antológicos de la música tradicional cubana popularizados por Buena Vista.
Mientras, en marzo próximo, realizarán una largamente prometida gira con la participación de otros de sus fundadores, la diva Omara Portuondo, Eliades Ochoa, el trompetista Guajiro Mirabal y el laudista Barbarito Torres.
La historia del Buena Vista se remonta a 1996, cuando varias figuradas consideradas como “de la vieja escuela” se unieron para la grabación de un álbum titulado Buena Vista Social Club, nombre que después asumió el grupo, que fue reclamado en los principales escenarios mundiales cuando la placa ganó un Grammy en 1998, y un documental bajo el mismo nombre fue nominado a los premios Oscar en el 2000.
Leinier Domínguez parece ser como los elefantes, que avanzan a pasos lentos pero aplastantes, pues en el último mes subió dos puestos en el ranking de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) y ahora aparece en el 12, con 2.757 puntos de Elo, con lo cual se mantiene de líder por Latinoamérica y el Caribe en el escalafón universal.
Quienes lo conocen aseguran que “El ídolo de Güines”, su pueblo natal, se parece bastante a como casi todo el mundo imagina que debe ser un maestro de ajedrez. Es un hombre de gestos pausados, viste sin estridencias, habla pausadamente, y en el barrio es considerado un “buen muchacho”, y él se considera un mortal más, sin ningún alboroto, aunque es nada menos que el mejor ajedrecista cubano de todos los tiempos después del gran José Raúl Capablanca.
Discípulo de este en eso de sacarle el jugo a las piezas en el tablero en los momentos más difíciles, es considerado por los especialistas un finalista técnico, que prefiere simplificar los cotejos al máximo con un juego que si no es agresivo a la hora de lanzar estocadas a fondo, siempre busca mantener la iniciativa mediante una estrategia basada en colocar las fichas en las posiciones más efectivas.
En la isla todos lo quieren, pero a nadie se le ocurre que pueda llegar a lo más alto como Capablanca, aunque todos coinciden que con su forma de ser, sobre todo por no recibir mella psicológica en las derrotas, ya colocado en la élite del juego de los dioses, se mantendrá en el Olimpo por mucho tiempo.



