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La brigada sanitaria “Henry Reeve” es un gran paso de Cuba en su proyecto de solidaridad con los pueblos del mundo

En 15 días...

La presentación del contingente de 1.586 médicos cubanos, “Henry Reeve”, el famoso héroe estadounidense que murió luchando por la independencia de Cuba, supone un paso más, y bien profundo, en el proyecto de solidaridad internacional con los pueblos más desfavorecidos que defiende desde hace años La Habana en el mundo. La presentación del contingente de 1.586 médicos cubanos, “Henry Reeve”, el famoso héroe estadounidense que murió luchando por la independencia de Cuba, supone un paso más, y bien profundo, en el proyecto de solidaridad internacional con los pueblos más desfavorecidos que defiende desde hace años La Habana en el mundo. Esta brigada de especialistas dispuesta a combatir donde sea necesario las situaciones de desastre o epidemias graves va a despertar la admiración del mundo, lo mismo que el grupo de más de 37.000 cooperantes que mantiene el Gobierno cubano en las zonas más necesitadas del planeta, donde se enfrentan a muchas dificultades para defender el derecho universal del cuidado de la salud o la educación.

Los médicos cubanos son ya muy apreciados en Venezuela, país donde gracias a su presencia, el actual Gobierno ha conseguido que muchos ciudadanos con ingresos precarios reciban una atención sanitaria especializada que nunca hasta ahora estuvo a su alcance. Es cierto que esa admiración que han conseguido en el país de Hugo Chávez es la misma que han alcanzado en todos los lugares en los que han desarrollado su labor.

Y, paradojicámente, es en la propia Cuba donde menos entusiasmo ha despertado esta iniciativa sanitaria internacional. Quizá sólo porque aún no se han encontrado los mecanismos de ajuste necesarios para que la buena calidad de la sanidad cubana pueda ser disfrutada a la vez “in situ” por ciudadanos de varios países. Lo cierto es que en este momento concreto, los enfermos venezolanos que llegan a la Isla, gracias a los acuerdos suscritos al respecto entre Caracas y La Habana, son percibidos por una parte de la población como elementos distorsionadores  que interfieren en el acceso de los ciudadanos de la mayor de las Antillas a los circuitos sanitarios que consideran, en primer lugar, como suyos. Y luego, sí, de todos los demás.

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