Para algunos, el futuro de la historia cubana empezará tras los comicios de EEUU

En 15 días...

Ha terminado un mes de agosto marcado por la mortecina placidez en el interior de la Isla y una enervada agitación entre los activistas de Miami, que expidieron al menos por tres veces sendos certificados de “defunción cierta” de Fidel Castro. Ha terminado un mes de agosto marcado por la mortecina placidez en el interior de la Isla y una enervada agitación entre los activistas de Miami, que expidieron al menos por tres veces sendos certificados de “defunción cierta” de Fidel Castro. Hasta la fecha, no se tienen noticias del estado de salud del comandante en jefe, aunque todo parece indicar que su grado de actividad resulta bastante limitado. El Gobierno de La Habana ni siquiera se tomó la molestia de desmentir oficialmente semejantes afirmaciones y como mucho se limitó a utilizar las singulares emisiones televisivas conocidas como “Mesas redondas” para desautorizar a los necrofílicos del otro lado del Estrecho de La Florida.

En el orden interno, que el discurso que pronunció Raul Castro en Camaguey el pasado 26 de julio se prorrogara a última hora para su discusión en los núcleos locales del Partido Comunista ha sido probablemente el episodio mas significado. Junto a ello, se aprecia un renovado vigor en la erradicación de las corrupción y sus prácticas aledañas, lo que en opinión de los conocedores del circuito cubano debería recibir el calificativo de “misión casi imposible”.

En cualquier caso, el mes de agosto, tradicionalmente calentito tanto en lo metereológico como en lo social, ha transcurrido sin mayores sobresaltos; de hecho, hasta el ciclón Dean pasó de largo.

Para el curso que ahora se inicia aparecen como grandes temas pendientes la convocatoria a las elecciones a la Asamblea del Poder Popular (el Parlamento cubano), la primera que se celebrará sin el comandante en ejercicio, y el panorama que dibuja en las relaciones Cuba-EEUU el vertiginoso declinar del presidente George Bush y el universo ‘neocon‘ que ha venido representando.

Para algunos observadores, el futuro de la historia de Cuba comenzará a escribirse después de las próximas elecciones presidenciales estadounidenses, que se celebrarán en noviembre del próximo año.

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