En declaraciones a Prensa Latina el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, asegura que el actual sistema político de la Isla es la principal conquista conseguida por el pueblo cubano en toda su historia y que, por éso, es necesario defenderlo ante los ataques continuados de la propaganda estadounidense. Según Alarcón, el proceso electoral que fija la Constitución cubana es verdaderamente democrático y participativo porque parte de las asambleas de base. Son las que deciden qué candidatos deben presentarse y quién debe ser elegido. En declaraciones a Prensa Latina el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, asegura que el actual sistema político de la Isla es la principal conquista conseguida por el pueblo cubano en toda su historia y que, por éso, es necesario defenderlo ante los ataques continuados de la propaganda estadounidense. Según Alarcón, el proceso electoral que fija la Constitución cubana es verdaderamente democrático y participativo porque parte de las asambleas de base. Son las que deciden qué candidatos deben presentarse y quién debe ser elegido.
-¿Cuál es, en su opinión, la principal virtud que tiene el actual sistema político cubano?
-A mi no me cabe la menor duda de que la mayor conquista que ha conseguido en su historia el pueblo de Cuba es su actual sistema político y se trata de una conquista que nadie les debe arrebatar y que hay que defender muy especialmente frente a EEUU. De hecho, aunque tenemos muchas conquistas que defender en esta lucha constante, no deberíamos olvidar nunca cuál de ellas es la fundamental. Sin nuestro actual sistema político no habría ninguna otra conquista y esta es la verdadera razón por la que nuestros enemigos concentran toda la intensidad de su propaganda interesada contra este asunto concreto. En Cuba tenemos un sistema electoral absolutamente democrático y participativo. Un sistema que incluye un proceso de marcado carácter democrático. Quizá mucho más democrático que el de otras naciones que presumen de ésto y no disponen de verdad de ello. En la Isla, la participación de todo el mundo está completamente asegurada, porque es la propia población, mediante asambleas realizadas desde la base quien decide todos los elementos necesarios para el buen fin del proceso.
-¿Qué elementos del proceso electoral aseguran que la participación sea plena?
-La participación se asegura porque la gente interviene desde el mismo principio. Decide la estructura del propio padrón electoral, designa a quienes deben ser candidatos y después elige entre ellos a los mejores para que se conviertan en sus representantes. El nuevo proceso electoral ya ha comenzado de hecho. En estos momentos se está confeccionando la lista básica de los electores que permitirá posteriormente a los vecinos de cada circunscripción realizar la revisión correspondiente para que subsane cualquier error que pudiera haberse introducido en los listados y, posteriormente, convocar la reunión que deben tener para realizar las postulaciones. El siguiente paso, y lógica continuación del proceso, corresponderá a las asambleas municipales que se constituirán con los delegados seleccionados previamente por el pueblo en sus asambleas vecinales de base. Ahora el Gobierno va a entregar la Medalla de Hazaña Laboral a quienes, durante 30 años consecutivos, recibieron el apoyo de sus electores, tras las rendiciones de cuenta favorables y continuaron con la difícil tarea de representarlos.
-¿Cómo calificaría los planes realizados por algunos expertos internacionales para promover una transición hacia la democracia en Cuba?
-Creo que resulta evidente. El carácter democrático que tienen las elecciones en Cuba es todo lo contrario a lo que plantean estos planes. El llamado Plan Bush para la Isla, consiste en realidad en crear un aparato destinado a arrebatar a la población todas sus posibilidades de participar en las decisiones de Gobierno. No es más que otro paso en los tradicionales planes anexionistas que EEUU siempre ha querido llevar a cabo en Cuba, de los que hay muchas noticias en la historia. Ya en el año 1900, el historiador cubano José Ignacio Rodríguez publicó una detallada crónica sobre la evolución de ese movimiento dentro de la Isla. Ya entonces, los enemigos de Cuba comprendieron que la lucha por la independencia colocaba a esta nación muy cerca de una verdadera revolución social y socialista y consideraron que era necesario combatirla. Debió nuestro pueblo reiniciar el camino de la revolución para volver a colocar al pobre, al obrero y al explotado en el lugar que le correspondía, según las raíces históricas de nuestra propia identidad.
