Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Francisco ARUCA Analista político cubanoamericano

Con permiso... Tres preguntas

En declaraciones a Cuba Económica, el analista político cubano americano residente en Miami, Francisco Aruca, asegura que no es probable que Washington cambie su orientación política hacia Cuba, al menos hasta que se celebren las elecciones locales y parlamentarias parciales de 2006. Si entonces, los candidatos del anticastrismo radical fueran derrotados se produciría la mutación. Mientras tanto, los sectores moderados están inmóviles. Para Aruca el problema es que los conservadores aperturistas no están acostumbrados a enfrentarse con la dura presión social de la extrema derecha. En declaraciones a Cuba Económica, el analista político cubano americano residente en Miami, Francisco Aruca, asegura que no es probable que Washington cambie su orientación política hacia Cuba, al menos hasta que se celebren las elecciones locales y parlamentarias parciales de 2006. Si entonces, los candidatos del anticastrismo radical fueran derrotados se produciría la mutación. Mientras tanto, los sectores moderados están inmóviles. Para Aruca el problema es que los conservadores aperturistas no están acostumbrados a enfrentarse con la dura presión social de la extrema derecha.

-¿Cuál es la posición hacia Cuba que están adoptando ahora los sectores más moderados del exilio de Miami?

-Los sectores moderados del exilio cubano sufren una fuerte presión social que dificulta en buena medida sus movimientos. Las fuerzas radicales aún empujan con mucha potencia para evitar cualquier cambio y bloquear los intentos de apertura que se producen en la comunidad. Hace poco, por ejemplo, un conocido periodista del Canal 23, Edmundo García, perdió su puesto por haber realizado una entrevista en Nueva York a Ricardo Alarcón, el presidente del Parlamento cubano. Fue un trabajo absolutamente neutral y profesional. García no es sospechoso de apoyar a Fidel Castro, precisamente, y él pensaba que su cadena, Univisión, iba a apoyarle. Con sucesos de este tipo, no sólo el exilio progresista que aboga por el diálogo está molesto. La sensación también se extiende por el entorno de los moderados. Hombres relevantes de este sector manifiestan su malestar por estas actuaciones que impiden abrir el ambiente para que se renueve el aire viciado de Miami. Todavía la discrepancia se paga en esta comunidad muy cara. Tiene aún un coste social muy alto, en estos días.

-¿Qué trabajos correspondientes a ese plan de choque han podido concluirse en lo que va de año?

-En estos momentos en el exilio cubanoamericano hay un amplio abanico de fuerzas que se sitúan en todos los puntos del espectro político. Desde la extrema derecha a la izquierda, incluso. Pero los moderados viven una situación inédita, porque no están acostumbrados a enfrentarse a la presión social de los grupos más conservadores y anclados en el pasado. La superación de esa dificultad sólo puede darse a traves de los procesos electorales locales. Unas elecciones que siempre han pesado mucho en la actitud de Washington hacia esta comunidad. Si alguno de los líderes históricos de la extrema derecha radical perdiera su escaño, el ambiente cambiaría por completo. No hay muchas otras alternativas. Una de ellas es el actual congresista por Tampa, Jim Davis, que luchará por ser el nuevo gobernador de Florida. Davis es un demócrata que apoya el embargo, pero que suscribió en el Congreso una enmienda, finalmente derrotada, que quería eliminar las nuevas trabas impuestas por Washington a los viajes a Cuba de los cubanoamericanos que residen en EEUU.

-¿Existen posibilidades ahora de que Washington apueste por una nueva definición de su política hacia Cuba?

-Ciertamente, hasta que se celebren las elecciones locales de 2006, no parece muy probable que Washington revise la política que mantiene con relación a Cuba. Y quizá la orientación que tenga a partir de entonces dependa, sobre todo, del resultado de estos comicios. Pero hay algunos signos relevantes de intención de apertura, con muchos matices claro. Un buen ejemplo es la actitud del senador por Florida Mel Martínez que antes ocupó un alto cargo en la Administración Bush. Cuando Cuba ofreció sus médicos para ayudar a las víctimas del Katrina, Martínez dijo que había que aceptar esa oferta. Luego se retractó un tanto, pero tras sus primeras declaraciones, en un editorial el Sant Petersburgo Times, quizá el periódico más serio que hay en Florida, publicó un editorial felicitándole por haber estado de acuerdo con que la Isla mandara médicos. Y él, después de haber matizado sus declaraciones iniciales, colgó este editorial en su página web. Está claro que Martínez es conservador, pero es moderado. Y los moderados pueden jugar un papel importante.

Más información

Scroll al inicio