Entre los peculiares quiebros que cada cierto tiempo suelen producirse en las praxis políticas coyunturales del Gobierno cubano, en esta ocasión hemos asistido al imparable ascenso de los trabajadores sociales. Entre los peculiares quiebros que cada cierto tiempo suelen producirse en las praxis políticas coyunturales del Gobierno cubano, en esta ocasión hemos asistido al imparable ascenso de los trabajadores sociales. Un grupo de voluntarios jóvenes que se ha convertido en protagonista indiscutible del escenario del día a día actual en la Isla. Su importancia se ha visto refrendada en este inicio del año por el mismo presidente, Fidel Castro. Fidel aprovechó el acto celebrado en Pinar del Río el 17 de enero, en el que presentó la nueva estrategia energética del país, para hablar con palabras elogiosas de este ejército de voluntarios y describió como vital la aportación de este equipo a las nueva líneas definidas para conseguir volver a impulsar el desarrollo económico del país.
Tanto es así que, desde un punto de vista similar al que tendrían los teóricos del marxismo, los trabajadores sociales estarían ocupando ahora el puesto que suele atribuirse a lo que se conoce como la “vanguardia obrera” y, según se desprende de las palabras de Fidel van a seguir teniendo durante un tiempo esta situación de eje en las próximas operaciones de choque.
Aunque sobre el nacimiento exacto de este nuevo cuerpo de élite, sólo se tienen noticias contradictorias, su consolidación y presentación definitiva ante la opinión pública internacional se produjo cuando tomaron a su cargo la gestión de la red nacional de expedición de combustible en sustitución de los antiguos empleados. Una acción encuadrada dentro de la campaña de renovación de los principios revolucionarios anunciada también por el gobernante cubano. Su condición de jóvenes formados en los alrededores de la UJC y su origen situado en el oriente y el centro del país parecen constituir unos importantes activos de “vigor revolucionario” Y “candidez intelectual” que les hacen especialmente atractivos a los ojos de la máxima jerarquía cubana.
