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La Central de Trabajadores de Cuba ha celebrado su XIX Congreso con total normalidad

En 15 días...

Cuando ya han pasado dos meses desde que el presidente cubano, Fidel Castro, cediera temporalmente sus poderes los acontecimientos de importancia siguen sucediendo en la Isla sin sobresaltos visibles. Cuando ya han pasado dos meses desde que el presidente cubano, Fidel Castro, cediera temporalmente sus poderes los acontecimientos de importancia siguen sucediendo en la Isla sin sobresaltos visibles. Pasó la Cumbre de los No Alineados, perfectamente acoplada al guión inicialmente previsto y acaba de terminar otro evento, quizá todavía más importante desde el punto de vista de la sociedad cubana: el XIX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

El acontecimiento ha servido para que el presidente en funciones, Raúl Castro, realice su primer discurso de carácter nacional como máximo líder. Una alocución medida, y más corta, que las que tradicionalmente pronunciaba su hermano y que contenía una enervada y proteíca crítica a los vicios que configuran un mapa de pequeñas corrupciones que, sin embargo, están muy extendidas en la sociedad cubana.

También se ha producido, sin sobresaltos, la sustitución en la cúpula del sindicato de Pedro Ross Leal, el secretario general más duradero que ha tenido la organización, al frente de la cual ha estado más de tres lustros.

El nuevo líder de la CTC es Salvador Mesa, un antiguo ministro de Trabajo y Seguridad Social, cuyo perfil tiene, según los analistas, un dibujo más adecuado para sortear posibles cambios en los sistemas laborales de la Isla. Unas normas que cambiarán a partir del próximo 1 de enero, en virtud de dos decretos, aún no aprobados oficialmente que inclurán un aumento del control de las irregularidades y conceden precisamente a los sindicatos la responsabilidad de llevarlo a cabo. Unas normas que supondrán un aumento de las sanciones derivadas de las malas prácticas laborales y que, aún están en fase de estudio para recoger la opinión de los sectores implicados.

Un paso que en Cuba, igual que en otros muchos países, puede convertirse en un paso determinante para la estabilidad, como lo es siempre el aumento de la eficacia social y económica. Dos asuntos que están absolutamente relacionados con el marco laboral establecido.

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