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El viaje de Miguel Ángel Moratinos a Cuba ha dejado sin respuestas unas cuantas preguntas

En 15 días...

Muchos observadores expertos en el análisis de la realidad cubana se hacen estos días una pregunta inicial relacionada con el reciente viaje a la Isla del ministro de Asuntos Exteriores español: ¿qué ha ido exactamente a hacer allí Miguel Ángel Moratinos? Y no sólo él. Muchos observadores expertos en el análisis de la realidad cubana se hacen estos días una pregunta inicial relacionada con el reciente viaje a la Isla del ministro de Asuntos Exteriores español: ¿qué ha ido exactamente a hacer allí Miguel Ángel Moratinos? Y no sólo él. También la nutrida comitiva diplomática que le acompañaba en la que había, entre otros altos cargos, dos secretarias de Estado como son Trinidad Jiménez y Leire Pajín. Una vez descartado que estemos ante uno de esos viajes de buena voluntad hacia países hermanos que los cancilleres españoles realizaban durante el franquismo, quedan demasiadas dudas para dar una respuesta concluyente a la cuestión.

Muchos aún van más lejos y plantean otra pregunta que tampoco resulta fácil de contestar por el momento. ¿Ha sido este viaje una iniciativa española o responde a una discreta petición de La Habana que quizá quiere volver a tender puentes con la Unión Europea? De ser así, la opción de España como interlocutora es, y en el Gobierno cubano se conoce perfectamente esta cuestión, la única puerta que se puede tocar si se desea tener éxito en el empeño de entablar, de una u otra manera, contactos con el Viejo Continente como posible contrapeso político y financiero que reste poder a otras alianzas recientes.

Las incógnitas se multiplican. Muchos tampoco entienden que se haya utilizado a Felipe Pérez Roque para ejercer de anfitrión del canciller español, cuando en los últimos ocho meses la propia prensa oficial cubana le había condenado casi al ostracismo, justo desde que Fidel Castro cedió el poder. En cualquier caso, peatones habaneros con cierta capacidad contrastada para el análisis de la ‘meteorología‘ política local centran la eventual importancia de la visita en dos encuentros, en concreto las entrevistas que Moratinos sostuvo con Raúl Castro y Abel Prieto, el ministro de Cultura. Y de aquí en adelante, como dicen los cubanos, a seguirle dando agua al dominó hasta que las fichas que están sobre el tapete empiecen a cuadrar.

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