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El retraso en los planes de inversión extranjera muestra el lento ritmo de los cambios en la Isla

A pesar de las innumerables “reformas” anunciadas por Raúl Castro desde que llegó al poder, la realidad diaria en Cuba sigue siendo la misma que hace dos años, mucho más dura tras el devastador paso de los huracanes. A pesar de las innumerables “reformas” anunciadas por Raúl Castro desde que llegó al poder, la realidad diaria en Cuba sigue siendo la misma que hace dos años, mucho más dura tras el devastador paso de los huracanes. La ayuda internacional se torna insuficiente para un Gobierno que intenta relanzar al país y que, para ello, necesitaría también un paso adelante en las cifras de inversión extranjera. Recientemente se ha conocido que la firma chilena de soluciones sanitarias especializada en tratamientos de agua, Manantial, está analizando oportunidades de inversión en Cuba. La noticia debería ser positiva para la población, pero lo cierto es que no hace sino demostrar la lentitud con la que se están produciendo los cambios en la Isla. Ya hace casi dos años que Raúl Castro prometió impulsar la inversión extranjera en el país, también con la búsqueda de otros socios latinoamericanos. Lo mismo ocurre con las intenciones del presidente de aumentar la participación extranjera en el sector de las materias primas. A pesar de haberse firmado hace tres meses, el texto sobre el aumento de la participación foránea no apareció en la Gaceta Oficial hasta principios de octubre, y sin los huracanes, el proyecto de ley se habría retrasado todavía más. Raúl Castro sabe que necesita capital extranjero para salir adelante, pero al mismo tiempo parece temer la llegada de nuevos “socios” a la Isla.

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