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Raúl ha liquidado el testamento político de Fidel

En 15 días...

La inesperada decisión de Raúl Castro de reestructurar profundamente el Gobierno cubano no ha sorprendido demasiado a algunos analistas acostumbrados a estudiar pausadamente la realidad de la Isla. La inesperada decisión de Raúl Castro de reestructurar profundamente el Gobierno cubano no ha sorprendido demasiado a algunos analistas acostumbrados a estudiar pausadamente la realidad de la Isla. De hecho, con los cambios introducidos en el Ejecutivo, el actual mandatario cubano se limita a poner de manifiesto la realidad de la nueva estructura de poder que se asentó tras la renuncia temporal de Fidel Castro el 31 de julio de 2006. En la remodelación de ayer, Raúl liquida definitivamente las disposiciones testamentarias realizadas por su hermano a lo largo de los seis meses anteriores a su desaparición del escenario político público. Tanto por la vía de las personas, como por el camino de los proyectos. Resulta muy significativa la destitución de Felipe Pérez Roque, un heredero designado por el propio Fidel en noviembre de 2005 en un discurso realizado en la Universidad de La Habana en el que abordó el tema de su sucesión. De hecho, un mes después el propio Pérez Roque asumía este papel en una comparecencia ante la Asamblea Nacional del Poder Popular en la que analizó el futuro de la Revolución cubana. Quizá la salud de Fidel impidiera el nombramiento formal del ya ex-canciller o quizá.

En una línea parecida habría que entender la salida de Carlos Lage del Gobierno, el aliento reformista de este político parece no haber sido del agrado de los hermanos Castro, pero el hecho que la tímida liberalización económica que impulsó ayudará a Cuba a salir de la crisis le ha permitido ser popular. Quizá por eso Fidel le incluyó en el equipo de regentes en que depósito temporalmente el poder hace unos años y quizá también por éso, Lage mantiene todavía una vicepresidencia en el Consejo de Estado. Cargo que, aparentemente, resulta más simbólico que provisto de contenido real.

Lo cierto parece ser que Raúl ha establecido con su nuevo Gobierno un núcleo reducido, y de máxima confianza, para ostentar el poder formado, en su mayoría, por militares de avanzadísima edad que se apoyan en otros ministros, básicamente técnicos, para gestionar el día a día.

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