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Los dirigentes que ostentan ahora el poder real en la Cuba que preside Raul Castro son pocos, veteranos y militares

En 15 días...

Los cubanólogos más experimentados que han optado por bucear durante los últimos días entre los múltiples análisis que se han realizado sobre la realidad cubana actual tras el sorpresivo anuncio de las destituciones de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque se han encontrado sobre todo con textos y comentarios en los que abunda tanto la cautela como el desconcierto. Los cubanólogos más experimentados que han optado por bucear durante los últimos días entre los múltiples análisis que se han realizado sobre la realidad cubana actual tras el sorpresivo anuncio de las destituciones de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque se han encontrado sobre todo con textos y comentarios en los que abunda tanto la cautela como el desconcierto. Quizá sea por la rapidez con la que se han producido los hechos o por la secuencia cronológica de tres días vertiginosos en los que la información se acumulaba sin permitir un análisis reposado de los hechos. Primero llegó el anuncio oficial de la remodelación del Gobierno, en la que se aportaban pocas pistas sobre lo sucedido, luego apareció la opinión publicada del columnista Fidel Castro sobre el asunto, en un texto en el que se manifestaba el total acuerdo con las decisiones adoptadas por Raúl Castro y aseguraba, sin dar nombres, que estos dos dirigentes habían tenido comportamientos “indignos”y se decía “que el enemigo se había hecho ilusiones con ellos”. Y finalmente, las cartas de renuncia de los afectados en las que ambos admitían errores, sin aportar detalles y dimitían de todos sus cargos en las estructuras de poder del Partido Comunista, organización a la que juraban fidelidad.

Pasados los días y ya con una distancia suficiente, parece confirmarse la consolidación de Raúl Castro y su entorno más cercano como único núcleo dirigente de la Isla. En opinión de algunos analistas iconoclastas ahora se ve claro que el “castrismo” es el producto de dos hermanos, uno mayor y otro pequeño y los principios de su funcionamiento tienen más que ver con cuestiones de titularidad y propiedad del territorio que con estrategias políticas. Por éso no hay ningún heredero o hay muchos. Todos aquellos que estuvieron en Sierra Maestra o aledaños y siguen en la Isla. Y, a estas alturas, ya deberían saber quienes quieran algo que cualquier negociación debe hacerse con quienes tienen el poder en el momento presente. Son pocos, veteranos y militares.

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