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Ros Lehtinen se supera a si misma como lider del anticastrismo trasnochado

En 15 días...

La parte más irreductible del anticastrismo radical que, por ahora, todavía tiene su centro de operaciones en la ciudad de Miami vive desde hace tiempo con la costumbre de transitar por los bordes del más puro esperpento. La parte más irreductible del anticastrismo radical que, por ahora, todavía tiene su centro de operaciones en la ciudad de Miami vive desde hace tiempo con la costumbre de transitar por los bordes del más puro esperpento. El grupo, además, ha perdido últimamente a algunas de sus cabezas visibles históricas como los hermanos Díaz-Balart, y tiene problemas para renovarse. Tantos que su última estrella en ciernes, el senador por Florida Marco Rubio, niño mimado de las huestes del Tea Party, puede pasar al olvido en poco tiempo si se demuestra que buena parte de su currículum de esforzado hijo de exiliados es un invento destinado a conmover a los electores. Tal vez por eso, la veterana Ileana Ros Lehtinen vuelve a brillar con luz propia como la última gran estrella de una constelación que se apaga.

Ros Lehtinen es ahora, además, la presidenta de la Comisión de Exteriores del Congreso. Las malas lenguas atribuyen su ascenso a los contactos que tiene con buenos y sólidos grupos de financiadores del Partido Republicano. Pero sea como sea, su última actuación en la que ha ‘pedido‘ a Obama que use los mismos métodos contra los hermanos Castro en Cuba que los que se han usado para desalojar a Gadafi del poder en Libia, es tan desmesurada que, ni sus propios partidarios se han sentido cómodos con estas declaraciones.

De hecho, la comunidad internacional, apenas ha comenzado a emitir algunos balbuceos de indignación por la forma en la que se ha producido el final del dictador de Trípoli y ante el hecho de que Ros Lehtinen pida un desenlace similar para los actuales máximos dirigentes cubanos, sólo cabe esperar que en el mismo menú la congresista no incluya también a unos grupos de milicianos parecidos a los que se encargaron de linchar a Gadafi.

Entre otros motivos, porque para estos desalmados el único futuro posible es que terminen sentados ante un Tribunal Internacional que les juzgue por su crimen. Y, en fin, si Ros Lehtinen sólo fuera una anticastrista trasnochada esto quizá no importase, pero, como hemos explicado, esta congresista tiene un cargo institucional y no puede usarlo de cualquier manera.

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