Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Las cintas amarillas que llenaron Cuba son otra prueba de que algo se mueve en el estrecho de Florida

En 15 días...

Las cintas amarillas que llenaron la Isla para pedir a EEUU la liberación de los ‘Cuatro‘ son otro síntoma que surge en la superficie de esos movimientos subterráneos que marcarían en estos momentos las siempre controvertidas relaciones entre Washington y La Habana. Las cintas amarillas que llenaron la Isla para pedir a EEUU la liberación de los ‘Cuatro‘ son otro síntoma que surge en la superficie de esos movimientos subterráneos que marcarían en estos momentos las siempre controvertidas relaciones entre Washington y La Habana. Escuchar a artistas emblemáticos de la ya muy veterana ‘Nueva Trova‘ cubana, como Silvio Rodríguez o Amaury Pérez, entonar en la lengua de Shakespeare, el añejo éxito de Tony Orlando and Down que hablaba de un viejo roble habrá impactado a más de uno a ambos lados del estrecho de Florida, pero, sin duda, significa algo que quizá todavía se nos escape. Y este no es el único movimiento sorprendente que se ha producido en estos días en la corteza perceptible de esas convulsas interacciones entre dos vecinos que ahora parecen más cerca de entenderse de lo que estuvieron nunca.

Está también la reanudación de las conversaciones para restaurar tras más de cinco décadas el correo directo entre ambos países. O ese plan, que se abre paso en los pasillos de Washington, y con defensores fuertemente ligados a la Administración Bush, que pretende resolver la espinosa cuestión de Guantánamo y ese penal que Obama prometió cerrar, devolviéndole a Cuba la soberanía en el territorio.

Lo más curioso de este proyecto, según los propios analistas estadounidenses que han escrito sobre él, es que sus promotores confían en que sería posible llegar a un acuerdo con el Gobierno de la Isla para que este asegurara y facilitara la presencia de la flota estadounidense en el Caribe por medio de un acuerdo.

¿Revolucionario? Quizá no tanto como parece. Hay quien le da mucha más importancia a las recientes declaraciones de Gloria Estefan, antaño bastión del anticastrismo radical. La cantante reconoce que la CIA le ofreció un empleo y asegura que espera volver a una Cuba, donde los cubanos puedan decir lo que quieren para su futuro. Ya no habla de la supresión del castrismo.

Más información

Scroll al inicio