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El frente antiembargo de EEUU se refuerza con figuras procedentes del ala derecha del Partido Republicano

En 15 días...

Los vientos que anuncian un cambio, más o menos, radical en las siempre complicadas relaciones entre Cuba y EEUU soplan últimamente con más fuerza que nunca. Los vientos que anuncian un cambio, más o menos, radical en las siempre complicadas relaciones entre Cuba y EEUU soplan últimamente con más fuerza que nunca. Algo importante ha sucedido estos últimos días que puede marcar un antes y un después en el contencioso de más de cinco décadas que todavía mantienen estos dos países vecinos y, aún sin que nadie sea capaz de precisar exactamente lo que es, los acontecimientos se precipitan. Por eso, cuando sólo han pasado unos días después de que Washington decidiera volver a incluir a La Habana en la lista de los países ‘amigables‘ con el terrorismo, un grupo de cuarenta notables le ha pedido a Obama por carta que actúe rápidamente para suavizar el embargo. Los firmantes de la misiva tienen unas características muy singulares que hace que esta iniciativa no sea una más. Entre ellos, figura, por ejemplo, el republicano John Negroponte, que dirigió las agencias de inteligencia estadounidenses durante la administración de Bush y algún otro notable representante del ala más conservadora de la política estadounidense que hasta ahora era la más activa a la hora de pedir el mantenimiento del embargo.

Además tienen unos objetivos claros y mensurables, que pueden conseguirse rápido y sin necesidad de pactos o componendas en el Congreso y el Senado. Bastaría con que Obama usara el poder de las órdenes ejecutivas para que la situación cambiará por completo. Y eso es lo que este grupo quiere que haga. Sobre todo para ‘normalizar‘ las relaciones financieras entre los dos países. La iniciativa no es nueva pero nunca había sido apoyada por figuras con tanto peso. Ya desde su arranque, que llegó en un editorial publicado por la revista ‘The Economist‘, otro símbolo conservador, se apreciaba que esta vez la cosa iba en serio. Y mucho. Casi como si algunos ‘enviados‘ discretos de Washington hubieran llegado a algún pacto con el ‘mandarinazgo‘ de la gerontocracia habanera.

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