Ramiro, antiguo ministro de Interior cubano y aún con una fuerte presencia en ciertos sectores de la Seguridad del Estado, constituye el primer movimiento de un Raúl Castro que olvida de esta manera las diferencias que le separan de él. Ramiro, antiguo ministro de Interior cubano y aún con una fuerte presencia en ciertos sectores de la Seguridad del Estado, constituye el primer movimiento de un Raúl Castro que olvida de esta manera las diferencias que le separan de él.
El nombramiento es interpretado por los analistas anticastristas como una apuesta por apuntalar hasta los últimos resortes de la seguridad del régimen y constituir un Gobierno de unidad. Se abortarían así, para ellos, las pocas esperanzas que pudieran tener de que la oposición interna se articulase y provocase un proceso de transición que no estuviese manejado directamente desde el régimen.
Según los análisis de los medios internacionales, cobra fuerza la hipótesis de una transición ‘a la China’ con el aparato de poder férreamente controlado desde el Partido, que actuaría bajo un liderazgo colectivo independientemente de los cambios que pudiesen producirse en la estructura económica.
Por su parte, el Gobierno de EEUU interpreta que el nombramiento de Raúl es una muestra de endurecimiento del régimen y cree que pudo ser una imposición de Fidel a su hermano, sin por ello cuestinoar su autoridad.
