Portavoces de la empresa española Petronor han desmentido a CUBA ECONOMICA los rumores que circulaban por la Isla en los que se apuntaba que la refinería colaboraba junto con otra compañía vasca, Miesa, en la formación de trabajadores de la empresa cubana Cupet. Malentendidos y rumores
Portavoces de la empresa española Petronor han desmentido a CUBA ECONOMICA los rumores que circulaban por la Isla en los que se apuntaba que la refinería colaboraba junto con otra compañía vasca, Miesa, en la formación de trabajadores de la empresa cubana Cupet. CUBA ECONOMICA ha podido hablar con un representante de la petrolera vasca y con fuentes del sector conocedoras de Miesa. En Petronor han explicado que “hace más de dos años, a resultas de las relaciones que la empresa contratista Miesa mantenía con Cuba, se nos solicitó facilitar el acceso a las instalaciones de refino de dos o tres visitas de varios operarios cubanos”, y aclaran que “en todo caso, se trataron de visitas informativas muy puntuales y no de cursos de formación”. Asimismo, algunas fuentes conocedoras del sector, que no han querido ser citadas, han confirmado lo dicho por el portavoz de Petronor, aunque no descartan que miembros de Miesa hayan mantenido algún contacto con Cupet, ya que la empresa vasca trabaja con muchas compañías en la Isla. Una de estas fuentes ha querido aclarar que no tiene conocimiento de que “Petronor, en ninguno de los casos, haya mantenido contactos con la compañía cubana y mucho menos que dé cursos de formación a los trabajadores de Cupet”. Dicho informador tampoco recuerda “si los operarios cubanos que visitaron las instalaciones de Petronor pertenecían a Cupet”.
Anaiza Rodríguez sigue en su puesto
Viajeros recién llegados de La Habana aseguran que cuando en marzo de 2009, Raúl Castro fusionó los ministerios para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica con el de Comercio Exterior y poner al frente del nuevo departamento a Rodrigo Malmierca Díaz, las atribuciones y competencias del viejo Centro de Promoción de Inversiones, que presidía Anaiza Rodríguez, pasaron a la Cámara de Comercio. Pero ese traslado no ha afectado a Anaiza, funcionaria a quien conocen muy bien todos aquellos empresarios españoles que han tenido alguna vez la idea de impulsar un proyecto en Cuba. Como suele suceder en estos casos, cuando alguien ocupa un puesto de esta clase acumula clientela favorable y contraria y, por lo mismo, su gestión genera opiniones para todos los gustos. Quizá en el caso de Rodríguez los detractores fueran más numerosos que los amigos. Pero, lo cierto es que quienes esperaban que la mudanza supusiera también algún cambio de responsables han visto defraudadas sus expectativas.
