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Crónicas habaneras

La conocida y esperada por muchos Letra del Año, que no es otra cosa que un grupo de vaticinios dictados por las deidades de la religión Yoruba, ha sido dada a conocer para 2007 y ha resultado bien diferente la de unos babalaos y la de los otros. Y es que desde hace buen tiempo resulta imposible que ambas organizaciones se unan. Los dos grandes grupos de babalaos ofrecen predicciones diferentes

La conocida y esperada por muchos Letra del Año, que no es otra cosa que un grupo de vaticinios dictados por las deidades de la religión Yoruba, ha sido dada a conocer para 2007 y ha resultado bien diferente la de unos babalaos y la de los otros. Y es que desde hace buen tiempo resulta imposible que ambas organizaciones se unan. Según criterios populares de los creyentes, la Comisión Organizadora de la Letra del Año resulta más independiente en contraposición del Consejo Cubano de Sacerdotes Mayores de Ifá, al que consideran «oficialista» por recibir apoyo de las autoridades culturales de la Isla. Así, la primera Letra ha dado como signo a Ocaña Juani, mientras que la segunda a Ofun Otura (Ofun Topola) Ofun Lame el Corojo. Tales anuncios traen aparejados diversos rituales en cuanto a ofrecimientos que forman parte de estas ceremonias. Los unos proponen frutas variadas coco y velas, mientras que los otros un gallo, una gallina cinqueña, ropa usada, trampa, flechas, tierra de la casa, tierra del río y otros elementos más. En los acontecimientos de interés social, que ambos bandos refieren en sus ‘letras’, se trata de aspectos internacionales y no propiamente locales, uno de los pocos puntos convergentes resulta la impotencia en los hombres y problemas entre vecinos. Entretanto, la Comisión hace énfasis en modificaciones en la agricultura. A pesar de no existir datos confiables, una buena parte del pueblo en la Isla suele visitar con frecuencia a babalaos o santeros en busca de soluciones divinas a los más variados problemas del día a día.

Las rarezas animales son cada vez más frecuentes

Desde la no muy lejana aparición de una jicotea (tortuguilla) con dos cabezas en las cercanías del capitalino río Almendares hasta nuevas apariciones de malformaciones en animales nacidos vivos, el trecho es mínimo. Durante las recientes parrandas de san Juan de los Remedios, octava villa fundada en época de la colonia, fue presentado como animal de feria un esbelto gallo con tres patas y sendas espuelas. El caso más reciente lo acaba de dar la prensa local. Un obrero agrícola, en la vecina provincia de Matanzas se encontró un «majá» (pequeña e inofensiva serpiente) con dos cabezas.

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