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Crónicas habaneras

El presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, reputado en Cuba como buen conocedor de EEUU y uno de los políticos de la Isla más respetados en los círculos demócratas de Washington, lleva mucho tiempo anclado en un perfil muy bajo. RICARDO ALARCÓN, EN EL PUNTO DE MIRA

El presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, reputado en Cuba como buen conocedor de EEUU y uno de los políticos de la Isla más respetados en los círculos demócratas de Washington, lleva mucho tiempo anclado en un perfil muy bajo. Hace años incluso «sonó» como candidato a suceder algún día a Fidel Castro, pero ahora, más aún desde que Raúl fue investido presidente del Consejo de Estado, su perfil se ha diluido casi por completo. Sin embargo, quizá pronto tenga algún papel que jugar. O al menos eso piensan algunos miembros del lobby ‘antiembargo’ de EEUU que le consideran el interlocutor adecuado para posibles contactos discretos con el entorno de Obama. Tampoco les hubiera importado contar, por ejemplo, con el concurso de Carlos Lage, otro político ahora a la baja. Pero no ven muchas posibilidades si el encargo recae en alguien con el perfil que tiene el ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Pérez Roque. Si él fuera el elegido, la conclusión de los grupos empresariales estadounidenses que impulsan el cambio hacia Cuba sería pesimista. Empezarían a pensar que los observadores que defienden la opinión de que La Habana no quiere que Washington levante el embargo siempre han estado en lo cierto.

CARA Y CRUZ EN LA ISLA

Mientras Raúl Castro recibía su bautismo de fuego en el exterior y conseguía, gracias a los buenos oficios, demostrar al mundo que los países latinoamericanos cuentan con Cuba y que la mayor de las Antillas no se encuentra ni aislada en el subcontinente, ni fuera de los mecanismos de integración, el primer vicepresidente del país, José Ramón Machado Ventura, se ocupaba del duro trabajo de mantener la tensión interna y de lanzar al país un mensaje de cautela. Hay crisis económica en el mundo, es necesario relanzar la agricultura para conseguir que el país deje de importar el 80% de los alimentos que consume y, además, la necesidad de mantener vivo el crecimiento económico es prioritaria, mucho más prioritaria que avanzar en las reformas. Su gira incesante por la Isla se ha visto reforzada por algunas buenas noticias, como el recorte de ciertos precios, desde la cuota de enganche de los teléfonos móviles a la gasolina que quizá se subieron sin reflexionar demasiado, antes de que los huracanes complicaran aún más el panorama. Pero Radio Bemba (el peculiar nombre que reciben en Cuba los rumores callejeros, entiende estos mensajes en otra clave. En clave de aplazamiento, una vez más y de esperanzas frustradas, por el momento.

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