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Elizabeth PEÑA Directora general del Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimítrova

Con permiso... Tres preguntas

En declaraciones a Prensa Latina, Elizabeth Peña, directora general del Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimítrova, ha explicado los avances de este centro, enclavado en el municipio cubano de Quivicán, cuya misión consiste en diseñar tecnologías para incrementar los rendimientos y volúmenes acopiados en el país, procedentes de una horticultura más estable, productiva y moderna y con mayor adaptación a los cambios climáticos y al desarrollo social y cultural. En declaraciones a Prensa Latina, Elizabeth Peña, directora general del Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimítrova, ha explicado los avances de este centro, enclavado en el municipio cubano de Quivicán, cuya misión consiste en diseñar tecnologías para incrementar los rendimientos y volúmenes acopiados en el país, procedentes de una horticultura más estable, productiva y moderna y con mayor adaptación a los cambios climáticos y al desarrollo social y cultural. Peña ha podido contar cuál es el tipo de cultivos que necesita la mayor de las Antillas y los resultados que se han obtenido en su instituto de investigación en los últimos años.

-Podría usted contarnos ¿cuál es la otra agricultura que necesita Cuba?

-Es muy importante para Cuba tener otro tipo de agricultura, como es el caso del sistema de cultivos protegidos para la producción de pimientos, tomates, pepinos y otros frutos. Necesitamos productos procedentes de una horticultura más estable, productiva y moderna y con mayor adaptación a los cambios climáticos y al desarrollo social y cultural. No se trata de la forma tradicional de trabajar la tierra, a cielo abierto, que normalmente se practica en cualquier parte del mundo, sino de la realizada mediante una tecnología propia de naciones desarrolladas, y que, en el caso de este archipiélago, permite también respetables rendimientos, por encima de las 300 toneladas en un año, comenta Peña. Pese a constituir una Isla pequeña y ser muy vulnerable a eventos meteorológicos, por estar situada en el

Caribe, desde que comenzó a implementarse en los años 80 del pasado siglo este tipo de agricultura ha crecido.

-¿Qué resultados ha obtenido la Isla en la producción de este tipo de productos?

-En este tipo de agricultura, conocida en el mundo como “de precisión”, Cuba demuestra que es capaz de desarrollarla con éxito. Hemos adquirido una experiencia que en aquellos momentos se inició con la adecuación, a las condiciones concretas del país, de las casas de cultivo protegido. Entre los resultados más importantes de este sistema se destacan incrementos del orden del 34,7 en la producción y del 15,4 por ciento en los rendimientos, en comparación con lo logrado en 2008. Ello significa que en ese último año ya el archipiélago lograba 94 toneladas de hortalizas por hectárea y un volumen productivo total de 9.411,7 toneladas. Poco después, cerraba el 2010 con 108,5 toneladas por hectárea y un monto productivo de 12.674,2 toneladas. En el primer trimestre del año en curso, se alcanzaban las 3.976,7 toneladas, con lo que se sobrepasó lo previsto.

-¿Cómo consigue la institución en la que trabaja sustituir las importaciones?

-Desde hace bastante tiempo, la institución, que cuenta con producciones de tomate a cielo abierto, adaptadas a las condiciones de la Isla, viene trabajando en la sustitución de importaciones, mediante el mejoramiento genético de las hortalizas; y, también en la tecnología de hibridación, mucho más compleja y requerida de mayor preparación, conocimientos y experiencias del personal investigativo. La ejecutiva puso como ejemplo la producción de semilla híbrida en el país, para depender menos de su adquisición en el exterior: un kilogramo de simientes de tomates puede costar hasta 30.000 dólares en el mercado internacional, y una cifra bastante cercana el de pimientos. El disponer en Cuba de preparación y conocimientos para dar respuesta a esa producción, facilitó que este año pueda cubrirse, con híbridos obtenidos aquí, un 20% de la demanda total de la Isla para el sistema de cultivos protegidos.

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