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Poco se sabe de los Migs-21 cubanos que viajaban hacia Corea del Norte

En 15 días...

Una vez más, como tantas otras en la historia de los encuentros y desencuentros entre Cuba y EEUU, un acercamiento entre los Gobiernos de ambos países para hablar pacíficamente de cualquier tema que interesa a ambos se ve rodeado por algún acontecimiento extraño e inexplicable que, al menos teóricamente, podría entorpecer ese acercamiento. Una vez más, como tantas otras en la historia de los encuentros y desencuentros entre Cuba y EEUU, un acercamiento entre los Gobiernos de ambos países para hablar pacíficamente de cualquier tema que interesa a ambos se ve rodeado por algún acontecimiento extraño e inexplicable que, al menos teóricamente, podría entorpecer ese acercamiento. Evidentemente, con el tiempo, esas noticias son cada vez menos importante y, quizá por lo mismo, más peculiares y enigmáticas, pese a haber perdido buena parte de la capacidad de entorpecer los avances que algún día tuvieron.

Así no hay manera de comparar la aparición de esos dos aviones Migs 21, verdaderas piezas de museo, en un barco norcoreano que pasaba por Panamá, con, por ejemplo el derribo de aquellas famosas avionetas con que los ‘Hermanos al Rescate’ entraron en el espacio aéreo cubano el 24 de febrero de 1996. Entonces, Bill Clinton se disponía, según se dijo, a anular la Helms-Burton y a dar pasos efectivos para abolir el embargo. Hoy, el presunto episodio de tráfico de armas entre países comunistas, pese a coincidir en el tiempo con el anuncio de que Washington y La Habana van a reanudar las conversaciones migratorias no va a tener un efecto parecido ni de lejos en las relaciones bilaterales de ambos países. Pero, la coincidencia sirve para recordad que todavía persisten en los dos lados del estrecho algunos colectivos, ya minoritarios y hasta pasados de moda, cuyos intereses pasan por mantener en la medida de lo posible esa enemistad que se extiende ya a lo largo de más de cinco décadas y, sin embargo, parece por fin tener una fecha de caducidad escrita que sólo unos pocos conocen.

Y, ¿qué decir sobre los migs 21? Poca cosa. Ni siquiera los colectivos anticastristas residuales han puesto esta vez el grito en el cielo, quizá por lo particular de la historia. Un cuento para no dormir en el que la única certeza es que nada de lo que se ha contado sobre el asunto responde a la realidad de lo que ha pasado. O cuando menos, como sucede a veces con esa realidad que supera a la ficción, no es en absoluto verosímil.

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