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Gente, gente, gente

La bailarina cubana Irene Rodríguez, directora de la compañía homónima, sorprendió al público amante de la danza al cambiar sus tradicionales zapatos de tacón por zapatillas en el pas de deux titulado Una vez más, estrenado hace pocos días en el Teatro Martí, de la capital cubana, que luego de una fuerte modernización ha vuelto a ser centro de importantes eventos culturales. La bailarina cubana Irene Rodríguez, directora de la compañía homónima, sorprendió al público amante de la danza al cambiar sus tradicionales zapatos de tacón por zapatillas en el pas de deux titulado Una vez más, estrenado hace pocos días en el Teatro Martí, de la capital cubana, que luego de una fuerte modernización ha vuelto a ser centro de importantes eventos culturales.

No obstante, esto no significa que Irene haya abandonado su línea tradicional, pues la ganadora del Premio Iberoamericano de Coreografía 2012, luego volverá a calzar los tacones para unirse a la agrupación en otras obras de raíces flamencas.

Rodríguez emplea a toda su compañía en Aldabal, un término que enuncia a un lugar con muchas aldabas y por tanto con numerosas puertas, y al respecto declaró a la prensa que en esta nueva obra se propuso que cada espectador interpretara a su gusto el uso de las puertas, pues ella no deseaba imponer lecturas obligatorias.

Pero lo que sí resulta evidente es que la seguiriya deja a los bailarines sin aliento por su intensidad rítmica y la tremenda demanda de virtuosismo.

La coreógrafa se encargó además del diseño de vestuario y escenografía, mientras el guitarrista Noel Gutiérrez compuso la música electroacústica. El estreno y única puesta de la obra hasta ahora ocurrió en el 24 Festival Internacional de Ballet de La Habana, en noviembre pasado, y como su tema funciona de hilo conductor en el actual programa la bailarina tituló el espectáculo Entre estas puertas.

La Compañía de Irene Rodríguez acaba de cumplir tres años de fundada, pero a pesar de ese poco tiempo, y en un medio donde imperan grandes nombres, ya va siendo conocida a fuerza de talento y disciplina, y entre sus distinciones recientes exhibe un reconocimiento en Estados Unidos por su actuación en el Museo Latinoamericano de Arte de Los Ángeles.

Incluso, personalidades como la prima ballerina assoluta Alicia Alonso y el gran pianista Frank Fernández han compartido proyectos con Rodríguez, quien culmina un doctorado en el Instituto Superior de Arte de La Habana y desde hace años dirige en Cuba el Festival La Huella de España.

El cáustico detective cubano Mario Conde buscará pronto resolver quizá su caso más difícil, darle forma cinematográfica a su complicado yo interior, según adelantó más o menos con estas palabras su creador, el novelista Leonardo Padura.

Padura, quien acaba de presentar la edición española de su libro de cuentos Aquello estaba deseando ocurrir, confirmó que el próximo mayo comenzará a filmarse en La Habana un largometraje y cuatro capítulos para la televisión de sus novelas centradas en el personaje de Mario Conde.

El proyecto será producido por Tornasol Films, de Alemania, en alianza con el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, entre otras productoras; dirigido por el español Félix Viscarret y con Jorge Perugorría en el papel protagónico.

Según adelantó Padura, los filmes tendrán como base sus novelas ‘Vientos de cuaresma’, ‘Pasado perfecto’, ‘Máscaras’ y ‘Paisaje de otoño’, quizá sus cuatro obras más conocidas, en las cuales el protagonista es Mario Conde.

El propio novelista y su esposa, Lucía López Coll, están dando ya los toques finales a los guiones del filme y la serie para la Televisión Española.

Aunque los argumentos son en esencia los mismos, dijo, sobre todo queremos preservar el espíritu de los libros y hacer una película con un tempo más sosegado que el habitual en las series de carácter policial y darle más importancia a la relación entre los personajes. Ese enfoque, según Padura, pasa también por otorgarle a los diálogos el mismo carácter un poco irónico que caracteriza la relación de Conde con el entorno y determinados aspectos de la vida cubana.

Quienes leen mis novelas, asegura el autor, con mucha frecuencia me dicen que son libros muy cinematográficos, pero está claro que hablan en un sentido literario porque pueden tener una percepción visual de la lectura.

Adelantó además que, a diferencia de sus novelas, en las cuales siempre solo hay un muerto, la versión cinematográfica tendrá dos, pero Conde será el mismo de siempre, un investigador que bebe en exceso, fuma demasiado y no usa pistola.

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